Todo lo que sube tiene que bajar. Los vendedores en corto alguna vez pensaron que era apropiado que la compañía estadunidense de biotecnología Principia compartiera su nombre con el tratado de Newton sobre la ley de la gravedad. Ya no más. El lunes, la empresa farmacéutica francesa Sanofi dijo que comprará la compañía con sede en San Francisco por un valor de empresa de 3 mil 360 millones de dólares. El acuerdo consolida una impresionante tendencia alcista para las acciones.
La oferta de 100 dólares —dándole un valor al capital de la compañía que cotiza en Nasdaq de 3 mil 680 millones de dólares— es alrededor de 10 por ciento más que el precio del viernes. Pero es cerca de 70 por ciento más alta que en donde se encontraba a principios de julio, cuando subió la especulación sobre la oferta.
No es difícil detectar el potencial de un acuerdo. La venta de Sanofi de su participación de 13 mil millones de dólares en el grupo estadunidense de biotecnología Regeneron le dio su potencia de fuego. Ya tenía una relación con Principia, a través de un acuerdo de licencia de un medicamento experimental para la esclerosis múltiple de nombre inhibidor BTK 168. En los últimos meses, Paul Hudson, el jefe de Sanofi, se mostró cada vez más entusiasmado sobre el potencial del fármaco.
No todo el mundo está convencido. En enero, Kerrisdale Capital, el fondo de cobertura con sede en Nueva York, explicó por qué estaba apostando en corto a Principia. Argumentó que el uso de inhibidores BTK —que frenan los ataques contra los tejidos sanos por parte de los glóbulos blancos, conocidos como células B— para tratar enfermedades autoinmunes es deficiente. Pero el mercado menospreció estas preocupaciones cuando los prometedores resultados de los ensayos clínicos llegaron al mes siguiente.
La prima que paga Principia es menor que la prima del 172 por ciento que Sanofi pagó al especialista en cáncer Synthorx en diciembre pasado. Incluso ignorando el resto de la línea de proyectos de Principia, el precio estaría justificado si el medicamento llega a apoderarse de una parte significativa del mercado de esclerosis múltiple de 20 mil millones de dólares. Jefferies estima que el punto máximo de ventas podría llegar a ser de 2 mil millones.