La Mujer Maravilla 1984 (Wonder Woman 1984), secuela de superhéroes que cualquier otro año podría haber dominado la taquilla como el mayor éxito de la temporada navideña, obtuvo menos de 17 millones de dólares (mdd) en las salas de cine de Estados Unidos (EU) en el fin de semana de estreno, apenas la mitad de lo que logró Star Wars en su primer día el año pasado.
En su lugar, las audiencias conscientes del covid optaron por los sillones en lugar de los cines, el alboroto se lo robó un programa de drama de época que Netflix estrenó para sus casi 200 millones de suscriptores cuya afición a hacer un maratón para ver series elevó el valor de mercado del streaming a 240 mil mdd.
En Bridgerton, una farsa del periodo de la Regencia basada en las novelas de Julia Quinn, debutantes en corset revolotean alrededor de los solteros elegibles. Es un género tan antiguo como los programas de drama de hospitales, y Shonda Rhimes, la productora ejecutiva que hizo que la novela médica Grey's Anatomy fuera el mayor éxito de la cadena ABC de Disney, la impulsó para llegar a la cima de la lista de los programas más vistos de Netflix.
Sin embargo, ella y el showrunner (el autor-productor) Chris van Dusen convirtieron una serie de drama de época en una pieza de conversación contemporánea: Bridgerton es un programa feminista moderno que reimagina Inglaterra del siglo XIX y varias de sus estrellas son negras. El contraste con el elenco de caras pálidas de adaptaciones anteriores la convierte en un pedazo de espuma de algo más subversivo.
La serie es la primera producción de Shonda Rhimes desde que firmó un acuerdo de 150 mdd con Netflix en 2017, y llega en un momento crucial en su carrera. Con 50 años de edad, se convirtió en uno de los talentos más rentables de la televisión, y con cada una de sus exitosas series •Private Practice, Scandal, How To Get Away with Murder• los calificativos se han ido. Ya no es solo una de las mujeres o productoras afroamericanas más exitosas de su industria: ella es, como declaró en tono desafiante en 2018, “la showrunner mejor pagada en la televisión”.
Se estima que la fortuna de Rhimes se encuentra en alrededor de 140 mdd, aunque Shondaland, su compañía productora, no revela cifras y dice que los detalles de su contrato con Netflix no se informaron correctamente.
Lo Dice...“Ya no es solo una de las mujeres o productoras afroamericanas más exitosas de su industria: ella es, como declaró en tono desafiante en 2018, 'La Showrunner mejor pagada en la televisión'.
La salida de los productores más prolíficos de la televisión puso a temblar a las cadenas de televisión, ya que muestran la forma tan agresiva en la que compiten los servicios de streaming por el contenido. Rhimes estaba molesta con la libertad creativa en ABC.
Ted Sarandos, codirector ejecutivo y director de contenido de Netflix, tenía una buena razón para brindarle más libertad a Rhimes a medida que las guerras de los servicios de streaming se vuelven más intensas y costosas.
Solo los programas más grandes tienen la oportunidad de abrirse paso, algo que hace que los creadores de éxitos sean cada vez más valiosos. Mientras promueve Bridgerton, Rhimes completa Inventing Anna, una historia que adaptó de una heredera falsa que se abre camino estafando a las élites de Nueva York, y trabaja en la adaptación de Recursion, el thriller de ciencia ficción de Blake Crouch.
La relación de Netflix es solo un aspecto de la búsqueda de escala de Rhimes. Ella produce podcasts en iHeartMedia y lecciones de escritura en MasterClass; inició asociaciones con Dove, Microsoft y Peloton. Su sitio web rebosa de publicaciones de blog de empoderamiento (“Si no te gusta tu historia, reescribela”).
La autodenominada introvertida que se espanto al escuchar que se sentaría al lado de Barack y Michelle Obama en un evento en 2013, admitió a Oprah Winfrey hace tres años que sus personajes viven vidas mucho más emocionantes que la suya. Pero ahora ella está creando un imperio multimedia que podría ser familiar para Winfrey.
Rhimes comenzó a reescribir su historia en 2014, cuando decidió pasar un año diciendo “sí” a “cosas que me atemorizan”, desde compromisos para hablar en público hasta archivar trabajo para jugar con sus tres hijos adoptados.
Al terminar su “año de sí”, la donante demócrata se hizo amiga de los Obama y dio un conmovedor discurso de graduación en Darmouth, su alma máter. Los oradores normalmente aconsejan a los graduados que sigan sus sueños, ella le dijo a su audiencia, pero “creo que eso es mentira”. Los sueños no se vuelven realidad por sí solos.”El trabajo duro es lo que genera los cambios”.
Desde que realizó los llamados para la elección del elenco sin fijarse en el color para Grey’s Anatomy, Rhimes ha trabajado para cambiar la televisión al hacerla ver como un mundo más diverso como en el que creció como la sexta hija de dos académicos de clase media en un suburbio de Chicago. Hablando en 2018, dijo que su “sudor y lágrimas” significan que ya “no tiene que luchar contra hombres para llegar a la cima de la montaña” pero que todavía necesita dar un ejemplo.
El acuerdo histórico de Shondaland tiene previsto una renovación este año. Netflix necesita creadores de éxitos como Rhimes, pero el historial del servicio de streaming de terminar de forma abrupta los programas si los números no están funcionando sugiere que nada está garantizado. Así que muchas cosas dependen del programa de Bridgerton. El mercado para el tipo talento que puede ofrecer una ventaja en las guerras de los servicios de streaming es tan impredecible como el mercado de matrimonios en Inglaterra de la época de la Regencia.
srgs