Las empresas se comprometieron a invertir más de 200 mil millones de dólares en proyectos de fabricación en Estados Unidos desde que el Congreso aprobó el año pasado un amplio paquete de subsidios, a medida que el esfuerzo del presidente Joe Biden por desencadenar una nueva revolución industrial en el país cobra impulso.
La inversión en semiconductores y tecnologías limpias es casi el doble de los compromisos que se hicieron en los mismos sectores en todo 2021 y casi 20 veces más que en 2019, de acuerdo con datos recopilados por Financial Times.
Mientras que Financial Times identificó cuatro proyectos con un valor de al menos mil millones de dólares en estos sectores durante 2019, se presentaron 31 de ese tamaño después de agosto de 2022.
El gasto de capital que se planea desde principios de año supera los 40 mil millones de dólares. Los gigantes asiáticos LG, Hanwha y LONGI anunciaron acuerdos en el último mes, lo que incrementó el total de inversiones a gran escala a 204 mil millones de dólares el pasado 14 de abril.
“Vemos en este momento que las placas tectónicas están cambiando respecto a la inversión en Estados Unidos”, dijo esta semana la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, refiriéndose al aumento de la inversión que se ha reportado en los últimos meses.
La Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por su sigla en inglés), que se convirtió en ley durante el pasado mes de agosto, incluye 369 mil millones de dólares en créditos fiscales para la producción de tecnologías limpias, en el contexto de las promesas de la administración de Joe Biden de descarbonizar la economía estadunidense.
Otra ley que también se aprobó en agosto pasado, la Ley de Chips y Ciencia (Chips and Science Act), incluye fondos por valor de 39 mil millones de dólares para estimular la fabricación de semiconductores y créditos fiscales a la producción por un valor de 24 mil millones de dólares. Ambas leyes están diseñadas para romper la dependencia que tiene Estados Unidos con las cadenas de suministro chinas.
Las políticas industriales provocaron críticas de aliados europeos y asiáticos, que consideran que sus cuantiosos subsidios y sus requisitos de fabricación de Hecho en Estados Unidos equivalen a proteccionismo. De hecho, Emmanuel Macron, presidente de Francia, quien visitó China la semana pasada en un intento de mejorar las relaciones de París con Pekín, dijo que la Ley de Reducción de la Inflación de Joe Biden puede “fragmentar Occidente”.
Por su parte, la Unión Europea desveló el mes pasado una estrategia industrial para competir con disposiciones para igualar los subsidios a los proyectos que corren el riesgo de irse al extranjero.
Aunque la mayoría de los compromisos de fabricación de Estados Unidos desde agosto proceden de proveedores nacionales, cerca de un tercio de estos son de compañías con sede en el extranjero, según los datos que recopiló Financial Times. Taiwán, Corea del Sur y Japón representan la mayor parte de la inversión extranjera.
Financial Times ha rastreado más de 75 proyectos de fabricación por valor de al menos 100 millones de dólares cada uno para plantas de producción de semiconductores, vehículos eléctricos y baterías, así como componentes de energías renovables, que se anunciaron desde que los proyectos de ley en agosto se convirtieron de manera oficial en una ley.
Se espera que los anuncios creen cerca de 82 mil puestos de trabajo, de acuerdo con el análisis. Se espera que se divulguen más proyectos en los próximos meses, a medida de que el gobierno de Estados Unidos proporcione una mayor orientación sobre los créditos fiscales.
“La magnitud de estas inversiones juntas es bastante impresionante”, indicó Cullen Hendrix, investigador principal del Instituto Peterson de Economía Internacional, y añadió: “Se trata de pasar de cero a cien millas por hora en términos de desarrollo de la cadena de suministro de una forma que no hemos visto en mucho tiempo”.