El viernes la administración Trump le dio formalmente la bendición a la adquisición que lleva a cabo T-Mobile de su rival Sprint por 59 mil millones de dólares, más de 450 días después de que los dos grupos inalámbricos alcanzaron un acuerdo para unirse y crear uno de los proveedores móviles más grandes de Estados Unidos.
El Departamento de Justicia de EU (DOJ, por su sigla en inglés) dijo el viernes que no va a bloquear la transacción después de que T-Mobile y Sprint acordaron vender activos al proveedor de televisión satelital Dish y proporcionar a la compañía acceso a su espectro inalámbrico durante siete años, mientras el grupo con sede en Colorado desarrolla su propia red 5G de alta velocidad.
“Con esta fusión y la consiguiente venta de activos, ampliamos significativamente la producción al garantizar que se pongan disponibles para los consumidores estadunidenses grandes cantidades de espectro que actualmente no se utiliza o está infrautilizado en forma de redes 5G de alta calidad”, dijo Makan Delrahim, jefe de la división antimonopolio del Departamento de Justicia.
“Francamente, probablemente tendrán más competencia que la que tienen hoy”, dijo Delrahim en una conferencia de prensa el viernes.
El acuerdo también recibió la aprobación de cinco fiscales generales estatales, lo que significa que las compañías ahora enfrentan solo un último obstáculo para cerrar su acuerdo: una demanda en Nueva York que presentaron varios fiscales generales estatales demócratas que buscan bloquear el acuerdo. El presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones en mayo dio su respaldo al acuerdo.
Letitia James, la fiscal general del estado de Nueva York, dijo a principios de este año que la fusión “causaría un daño irreparable” a los usuarios de dispositivos móviles en todo EU, particularmente a las comunidades de las minorías y de bajos ingresos. “Este es exactamente el tipo de megafusión que perjudica a los consumidores y que elimina puestos de trabajo para las que nuestras leyes antimonopolio fueron diseñadas para prevenir”.
El camino hacia una combinación entre los dos grupos lleva ya más de cinco años, las conversaciones de fusión anteriores se interrumpieron en 2014 y nuevamente en 2017. A principios de este verano, los ejecutivos de T-Mobile sufrieron un revés después de que el personal de carrera en el departamento de justicia recomendó que se bloqueara el acuerdo.
T-Mobile y Sprint contarán con más de 80 millones de clientes inalámbricos en conjunto después de que se venda la marca Boost Mobile de Sprint.
Oposición a la compra
Varios candidatos presidenciales demócratas de alto perfil, entre ellos Elizabeth Warren y Bernie Sanders, expresaron que se oponen a la adquisición de Sprint por parte de T-Mobile y se comprometieron a ser duros con los asuntos antimonopolio si son elegidos en 2020.
Los reguladores de competencia de la Unión Europea bloquean de forma regular las fusiones inalámbricas que en un solo mercado nacional reduce el número de competidores de cuatro a tres, ya que su conclusión es que eso lleva a que los participantes que quedan eleven los precios.