Victoria de Trump en urnas cambiará la economía global

Volver a la Casa Blanca tendrá represalias comerciales y pondrá en vilo la lucha climática y la relación de EU con China

Escenario del tercer debate presidencial republicano que se celebrará hoy en Miami. MIKE SEGAR/REUTERS
Martin Wolf
Londres /

El 19 de noviembre de 1919, el   repudió el Tratado de Versalles. Con esa decisión, retiró su poder de mantener lo acordado después de la Primera Guerra Mundial, dejando esta tarea a los británicos y franceses, que carecían de la voluntad y los medios para hacerlo.

Siguió la Segunda Guerra Mundial y después EU desempeñó un papel mucho más productivo. En la actualidad, el mundo todavía es, en muchos sentidos, el que creó Estados Unidos. ¿Por cuánto tiempo más será así? ¿Qué puede seguir? El resultado de las elecciones presidenciales puede responder a estas preguntas, de manera decisiva y muy mala.

Encuestas recientes sugieren que casi 55 por ciento de los votantes estadunidenses desaprueba el desempeño de Joe Biden. También que Trump está ligeramente por delante de Biden en las encuestas directas antes de las elecciones, a un año de distancia. Por último, sugieren que Trump le lleva la delantera a Biden en cinco de los seis estados “en disputa” más importantes. En definitiva, una victoria de Trump es clara e inquietantemente plausible.

¿Esto qué significará? La respuesta más importante es que EU, no solo la democracia más poderosa del mundo, sino también su salvador en el siglo XX, ya no está comprometido con las normas democráticas. La más fundamental es que el poder se tiene que ganar mediante elecciones libres y justas. Es discutible si los comicios presidenciales estadunidenses son “justas”, pero sí tienen reglas. Los esfuerzos del gobernante en el poder para derrocar esas reglas equivalen a una insurrección. Que Trump intentó hacerlo no es debatible. Tampoco lo es la ausencia de pruebas de fraude que respalden su intento de golpe, está imputado; sin embargo, aún puede ganar una elección presidencial. Una razón por la que puede hacerlo es que cerca de 70 por ciento de las personas que se identifican como republicanos creen en sus mentiras. Esto es estremecedor, aunque, por desgracia, no tan sorprendente.

¿Qué significará otra presidencia de Trump para EU, más allá del respaldo a un hombre que intentó derrocar la Constitución? Obvio, la respuesta depende en parte del equilibrio en el Congreso; sin embargo, será un error obtener consuelo adicional de cómo se comportó la última vez. Entonces se apoyó en figuras bastante tradicionales del ejército y los negocios. La próxima vez será diferente. Make America Great Again (MAGA) es ahora una secta con un número considerable de creyentes.

Un plan interno crucial de Trump es reemplazar a los funcionarios del servicio civil de carrera con servidores leales al presidente. La excusa es la supuesta existencia de un “Estado profundo”, forma como los críticos se refieren a funcionarios públicos de carrera bien informados cuya lealtad es a la ley y al Estado, no a la persona en el poder. Una de las razones por las que esto es objetable es que el gobierno moderno no puede funcionar sin esas personas. La razón de más peso es que si los servicios de inteligencia, seguridad nacional e impuestos internos, el ejército, la Oficina Federal de Investigaciones y el Departamento de Justicia están subordinados a los caprichos del jefe de Estado, estamos ante una autocracia. Sí, es así de simple. Con un jefe vengativo, los abusos de poder serán generalizados. Este no será el EU que conocemos, puede parecerse más a Hungría del gobierno de Viktor Orbán o incluso a Turquía bajo el mandato de Recep Tayyip Erdoğan.

¿Qué significa esto para el mundo? Lo más obvio es que el apoyo de EU a un hombre y a un partido que han repudiado abiertamente la norma central de la democracia liberal desalentará a quienes creen en ella y animará a los déspotas y sus lacayos en todas partes. Es difícil exagerar el efecto de semejante traición por parte de EU.


La combinación de esta desesperanza con el enfoque transaccional de Trump debilitará la confianza en la que se basan las alianzas de EU. Los estadunidenses tienen razón al condenar el comportamiento oportunista de la mayoría de sus aliados. Los europeos (incluido Reino Unido) deben hacer más, pero la alianza necesita un líder y EU tiene que serlo. Con Rusia amenazando a Europa, y China como competidor, las alianzas serán más importantes que nunca. Trump no entiende esto ni le importa.

Luego están las implicaciones para la economía mundial. Trump propone introducir un arancel general de 10 por ciento sobre todas las importaciones. Esta será una versión contemporánea (aunque más suave) del arancel Smoot-Hawley de 1930. Seguro conducirá a represalias y causará un daño enorme a la Organización Mundial de Comercio, al repudiar los compromisos de reducir las barreras arancelarias durante muchas décadas.

Es probable que igual de importante sea el impacto en los esfuerzos para abordar el cambio climático. Es de suponer que se revocarán muchas medidas de la Ley de Reducción de la Inflación de Biden. Igual de importante puede ser una probable retirada de EU de los esfuerzos por promover la inversión en energía limpia en los países emergentes y en desarrollo.

Las futuras relaciones con China también deben estar en duda. Aquí los cambios tal vez no sean tan dramáticos, porque la hostilidad hacia el ascenso de China es bipartidista, pero la oposición a China tendrá menos que ver con la ideología bajo el gobierno de Trump, a quien le importan un comino esas diferencias entre autocracias y democracias. Prefiere lo primero. Se convertirá en una competencia por el poder, en la que Trump intentará mantener a Estados Unidos como número uno. No está claro qué tan diferente resultará eso. Trump puede intentar poner a Rusia en contra de China, como hizo Nixon con China contra la Unión Soviética. El abandono de Ucrania puede ser su carnada.

Una segunda presidencia de Trump puede no arruinar al país para siempre, pero tanto ellos como el resto del mundo perderán su inocencia. Tendremos que adaptarnos a la realidad de que EU reeligió a un hombre que intentó abiertamente subvertir su democracia. Es posible que las acusaciones contra Trump salven la situación, pero esa frágil esperanza pone de relieve la amenaza actual a la democracia.

Financial Times Limited. Declaimer 2021

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