La compañía petrolera rusa controlada por el Kremlin advirtió que BP y Royal Dutch Shell están creando una “crisis existencial” para el suministro de petróleo que conducirá a precios más altos, y criticó su cambio hacia las energías renovables cuando la demanda aún está creciendo.
Didier Casimiro, uno de los altos ejecutivos de Rosneft, compañía con respaldo del Estado ruso, dijo que las empresas petroleras nacionales tomarán una mayor participación del mercado si las grandes firmas de energía recortan las inversiones, ya que la escasez de suministro será casi inevitable si la demanda regresara a los niveles prepandemia.
“Creo que para alejarse de su negocio principal, que es lo que están haciendo, alguien tendrá que intervenir y asumir esa responsabilidad”, dijo Casimiro en la Cumbre Global de Materias Primas de Financial Times.
“Es una amenaza existencial para el suministro y para la volatilidad de los precios… tendremos una crisis de oferta, volatilidad de precios y, sí, precios más altos”.
Sus comentarios ilustran una creciente división entre las firmas petroleras respaldadas por el Estado y las grandes empresas de energía que ayudaron a dar forma a la industria petrolera moderna, ya que operaciones europeas como BP, Shell, Total y Eni se comprometen a reorientar las inversiones hacia energías renovables.
BP, que tiene una participación de 20 por ciento en Rosneft como legado de sus inversiones en Rusia, producirá menos gas y petróleo en el futuro y solo invertirá en los proyectos de mayor rentabilidad bajo el liderazgo del director ejecutivo Bernard Looney.
La compañía y sus pares se enfrentan a la presión de inversionistas, activistas y el público en general para reducir su contribución al cambio climático y para que inviertan en proyectos de energía eólica, solar y de hidrógeno.
Los analistas dicen que las compañías petroleras como Rosneft, que tiene respaldo del Estado y que produce cerca de 6 por ciento de los suministros globales de crudo, pueden beneficiarse si las grandes firmas de Europa se alejan de los proyectos marginales de gas y petróleo.
Pero pueden enfrentar una amenaza más grave a largo plazo si la demanda de petróleo alcanza su punto máximo en los próximos años, ya que los ingresos de los hidrocarburos son clave para la salud financiera de países como Rusia, Arabia Saudita y Nigeria.
De La Rey Venter, director de Integrated Gas Ventures de Shell, dijo que no hay muchas dudas de que “la demanda de productos petrolíferos eventualmente va a disminuir”, pero admitió que existen importantes dudas respecto al momento. “Si se trata de esta década o la próxima, nadie sabe exactamente”, dijo Venter en la conferencia de Financial Times.
El alejamiento del petróleo de las grandes compañías de energía coincide con una fuerte caída de los precios debido a que el coronavirus redujo la demanda. Algunos analistas advierten que la pandemia tal vez provocó una meseta en el consumo de petróleo, si la gente vuela y viaja menos.
Fatih Birol, director de la Agencia Internacional de Energía, advirtió que los países que dependen del petróleo deben concentrarse en diversificar sus economías, ya que el riesgo de un punto máximo en la demanda es muy real. “Nunca ha sido tan urgente como lo es en la actualidad”, dijo.
“No habrá ningún país (productor) de gas o petróleo que no se vea afectado por la transición a la energía limpia”.
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Siemens Energy debuta en bolsa
Siemens Energy comenzó ayer a cotizar en la Bolsa de Valores de Fráncfort, tras la escisión del negocio de energía de la compañía apenas unos meses atrás. Christian Bruch, CEO global, dijo que ahora podrán ayudar a la transformación de los mercados energéticos de forma sostenible. Las acciones de la firma (que fabrica turbinas de gas, sistemas de transmisión de energía y tiene una participación de 67% en el grupo de aerogeneradores Siemens Gamesa) abrieron a 22.01 euros.