Un papel protagónico

FT MERCADOS

Las voces sintéticas tal vez no son tan buenas, pero amenazan el trabajo de los artistas.

Narración de libros.
Sarah O’Connor
Ciudad de México /

Solíamos pensar que la Inteligencia Artificial (IA) iría primero por los contadores. Parecía suponer que la IA transformaría o incluso eliminaría puestos de trabajo en sectores como la contabilidad y los seguros, mientras que los trabajos relacionados con la creatividad quedarían intactos. Pero esta teoría parece cada día más endeble. Un grupo de trabajadores empieza a preocuparse por la IA, son los actores y artistas del espectáculo. 

En una encuesta de Equity, el sindicato británico de actores y trabajadores de las artes escénicas encontró que 65 por ciento de los miembros pensaba que la IA representaba una amenaza para las oportunidades de empleo, porcentaje que se eleva a 93 por ciento de los artistas de audio. No se trata solo de un temor impreciso sobre el futuro: más de un tercio de los afiliados ha podido ver ofertas de trabajo para empleos relacionados con la IA y casi una quinta parte ha realizado alguna de estas tareas. 

Una serie de startups de IA están desarrollando herramientas para utilizarlas en cine y audio, desde hacer que los actores parezcan y suenen más jóvenes hasta crear voces de IA que puedan utilizarse para campañas de mercadotecnia o incluso para narrar audiolibros. El audio es un medio tan popular ahora que las empresas necesitan mucho, pero los actores humanos son caros y no son tan flexibles como una voz de IA, a la que se le puede hacer que diga cualquier cosa solo al apretar un botón. Estas empresas suelen contratar a actores para que proporcionen horas de audio que luego se pueden convertir en una voz por encargo. No son tan buenas como las de los humanos, pero no necesitan serlo. 

A los actores de voz también les preocupan sus derechos cuando ayudan a crear personajes de Inteligencia Artificial. Los sindicatos intentan llegar a acuerdos con las compañías de tecnología para que den a los artistas intérpretes regalías cuando se utilice su voz o imagen, así como el derecho a aprobar su uso en cada nuevo escenario. 

La lección más general para el mundo del trabajo es que la IA no tiene que ser “tan buena como los humanos” para empezar a disrumpir las cosas para los trabajadores comunes. En Hollywood, como en toda la economía, las superestrellas estarán bien, pero todos los demás tendrán que estar atentos.


srgs

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