Donald Trump, el presidente de EU, y Xi Jinping, el presidente de China, se enfrentan a obstáculos para mantener la frágil tregua que alcanzaron en su guerra comercial, luego de que los dos países dejaron sin resolver muchos temas difíciles y ofrecieron diferentes interpretaciones del acuerdo.
En una muy anticipada cena de trabajo en Buenos Aires después de la cumbre del G20, Trump y Xi acordaron el sábado un cese el fuego temporal en el que el presidente estadunidense suspendió su decisión de imponer el próximo año aranceles más altos a las importaciones chinas.
Pero el acuerdo básico desatará una nueva ronda de conversaciones en los próximos meses entre Washington y Pekín que estarán llenas de dificultades, ya que los dos países buscan abordar algunos de los temas más sensibles, entre ellos la propiedad y el acceso a tecnología y a la propiedad intelectual.
“Este es un paso bienvenido, pero el proceso está lejos de concluir. Ahora toda la atención cambia de una cena a una mesa de negociación para ver si Estados Unidos y China en realidad pueden alcanzar un acuerdo significativo”, dijo Wendy Cutler, ex negociadora comercial de EU y vicepresidenta del Asia Society Policy Institute.
De acuerdo con los términos del acuerdo que describió la Casa Blanca, Estados Unidos no aumentará en enero los aranceles de 10 a 25 por ciento, como se tenía planeado, sobre más de 200 mil millones de dólares (mdd) de productos chinos, para dar más tiempo a las negociaciones.
Mientras tanto, China comprará una cantidad “muy considerable” de productos agrícolas, de energía e industriales —aunque no se especificó la cantidad— con el fin de reducir el diferencial comercial con EU. La Casa Blanca también estableció un plazo de tres meses para que en las conversaciones se aborde el presunto robo de propiedad intelectual y la transferencia forzada de tecnología por parte de China. El fracaso en este sentido tendría como resultado un nuevo aumento de aranceles.
“Esta fue una reunión asombrosa y muy productiva con posibilidades ilimitadas para Estados Unidos y China”, dijo Trump durante su vuelo de regreso a Washington en el Air Force One.
Grupos empresariales le dieron la bienvenida a los avances, pero dijeron que esto solamente es el principio. “Dejar de lado la imposición de aranceles es el curso de acción correcto para los trabajadores, los creadores de empleo y la economía de Estados Unidos”, dijo Myron Brilliant, director de asuntos internacionales de la Cámara de Comercio de EU. “El trabajo difícil empieza ahora”.
Andy Rothman, estratega de inversiones de Matthews Asia, dijo que tanto Washington como Pekín se enfrentan a “decisiones difíciles” si quieren que se mantenga la tregua.
“Trump tendrá que aceptar que EU tendrá que compartir el poder económico y estratégico con China que va en ascenso... y personas externas no pueden dictar cambios fundamentales de la estructura política de China”, dijo Rothman, “La administración de Xi tendrá que aceptar que junto con su deseo expreso de usar su creciente poder dentro de la infraestructura global actual, viene la responsabilidad de seguir las reglas de ese sistema y de ser transparente”.
Para complicar aún más las cosas, hubo diferentes interpretaciones por parte de las dos capitales sobre el acuerdo que surgió el sábado por la noche.
China planteó la posibilidad de que podrían eliminarse totalmente los aranceles después de una nueva ronda de conversaciones, algo que EU no destacó. Pekín no mencionó el plazo de 90 días para las negociaciones, ni la posibilidad de que el aumento de aranceles pueda regresar si no se llega a un acuerdo. China dio mucho menos detalles del compromiso que hizo sobre las compras de productos estadunidenses.
Sin embargo, el tono optimista que presentaron los dos líderes en Buenos Aires sugiere la buena disposición para llegar a un acuerdo.
En los comentarios de apertura de la cena, Xi dijo que fue un “gran placer” ver a Trump. “Muchas cosas han ocurrido en el mundo. Solo con la cooperación entre nosotros podemos servir el interés tanto de la paz como de la prosperidad”, dijo.
Las delegaciones se acomodaron alrededor de una larga mesa rectangular, con una araña de cristal que pendía sobre la mesa y una fila de flores en el centro. Se les ofreció vino Malbec, solomillo a la parrilla, queso de cabra ricotta y dátiles.
Otros aspectos del acuerdo incluyeron compromisos por parte de Xi para designar el opioide fentanilo como una sustancia controlada, lo que significa sentencias más severas para aquellas personas que lo venden a EU. El líder chino también prometió estar “abierto” a aprobar la fusión de los fabricantes de chips Qualcomm y NXP, algo que China ha bloqueado.
Ya había algunos señales de la reacción negativa a la tregua por parte de algunos de los partidarios Trump más hostiles con China.
“¿Está #Trump cometiendo un gran error? ¡El diablo está en los detalles! Pero mentiría si no dijera a primera vista que esto es muy decepcionante”, escribió Dan DiMicco, un ejecutivo de la industria siderúrgica que encabezó la unidad comercial de Trump durante la transición presidencial. “No estoy de acuerdo, pero me adhiero (a la decisión del) presidente”.
Donald empezó
La guerra comercial inició cuando Donald Trump impuso aranceles punitivos a importaciones chinas por valor de 250 mil millones de dólares anuales.
La respuesta
La medida de las tarifas punitivas para productos chinos provocó represalias de Pekín a 110 mil millones de bienes procedentes de Estados Unidos.
Cese el fuego
El sábado Estados Unidos decidió suspender “por 90 días” la aplicación de nuevos aranceles a las importaciones de China, prevista para el 1 de enero.
Las reglas
Si al cabo de ese lapso, las partes no logran un acuerdo, los aranceles que se ubican en 10 por ciento pasarán a 25, indicó la Casa Blanca en un comunicado.
Una advertencia
Esta guerra comercial es potencialmente devastadora para la economía mundial, advirtieron los líderes de las 20 potencias económicas reunidos en Buenos Aires.
Última hora
China aceptó “reducir y eliminar” los aranceles de los automóviles importados de Estados Unidos, aseguró ayer el presidente Trump vía Twitter. Actualmente, la tasa es de 40 por ciento.