De frente a la popularidad que han ganado los instrumentos de inversión, es probable que alguna vez te hayas cuestionado la posibilidad de acceder a uno de ellos. Desde mi perspectiva, establecer y comenzar una estrategia de inversión es un camino directo a la posibilidad de mejorar tu patrimonio financiero.
Por ello, el ahorro es un camino y no la meta. Una vez que se ha logrado establecer este buen hábito, debes preguntarte: ¿cuál es el propósito? y ¿cuál es el manejo que quiero darle a mis recursos?
Para ello hay dos vías: la informalidad y la formalidad. La primera, mucho más común y centrada en el ahorro, se relaciona con los proyectos como tandas, cajas, alcancías y el famoso “guardadito bajo el colchón”. La segunda son las inversiones, y se concentra en la oferta que tienen distintas instituciones financieras a favor del crecimiento de los recursos de los usuarios y que estén en un lugar seguro.
La diferencia entre ahorro e inversión, es que la segunda te da la posibilidad de lograr distintas metas de manera ordenada, desde proteger el dinero frente la inflación, hasta cumplir algunos planes de vida, como poner un negocio, garantizar educación a los hijos o tener un retiro digno y financieramente estable.
Solo un ejemplo: de frente a los niveles inflacionarios de los últimos meses, en donde este indicador alcanzó 5.89 por ciento al cierre de mayo de 2021 (Inegi), aquello que comprábamos con 100 pesos hace un año, es decir, en mayo de 2020, requirió un aporte cercano a 6 pesos más para quien haya decido utilizar la informalidad como un método financiero en ese periodo. Por el contrario, quien haya optado por una estrategia por medio de un instrumento como el fondo de inversión LifeStyle LS2 de Principal, durante este mismo tiempo, pudo preservar el valor de su dinero y obtener un rendimiento de 8.62 por ciento por arriba de la inflación. Es decir, su rendimiento pagó esos 6 pesos extra y una ganancia adicional de más de 8 por ciento.
El dato...“Los recursos de estos fondos son empleados para financiar proyectos verdes, o que significan mejoras en materia social, ambiental y de gobierno corporativo".
De entrada, pueden identificarse los fondos de inversión de renta variable y los fondos de inversión en instrumentos de deuda. Los primeros representan una inversión más volátil en comparación con los otros, es decir, conllevan mayor riesgo pero también suelen entregar mejores rendimientos.
Además, existen otras variables como los fondos sostenibles, o conocidos como ASG. Aunque no es un concepto nuevo, ha tomado relevancia dentro del sector financiero. Estos fondos representan un compromiso por parte de las instituciones y también por parte de los usuarios para que sus recursos sean empleados para financiar proyectos verdes, o que significan mejoras en materia social, ambiental y de gobierno corporativo. ¿Qué mejor que hacer crecer tu dinero mientras apoyas temas sustentables?
Teniendo lo anterior en consideración, te toca decidir cuál es el que más te conviene? Esto dependerá del objetivo. Hay productos que tienen como meta un corto, mediano o largo plazo. Lo recomendable es que, si se cuenta con más de un objetivo, se pueda diversificar y no destinar todos los recursos en una misma cartera. Esto ayudará a sortear de mejor manera la naturaleza del mercado y que en caso de una baja, no todo el dinero se vea afectado.
Asimismo, debes saber que existen diversas plataformas, asesores o herramientas con los que te puedes apoyar para conocer más acerca de estas dudas financieras. Puedes encontrar herramientas digitales como “1,2,3 un recorrido por tus finanzas”, programa de educación financiera impulsado por Principal con el propósito de compartir aspectos básicos para que los usuarios logren usar los servicios que la industria ofrece de manera adecuada. Este tipo de plataformas están al alcance de todos de forma práctica, fácil y segura.
* Francisco Villa es director de Soluciones Corporativas y de Inversión en Principal.
srgs