Washington expresó su preocupación a México por una inminente ola de inversión china en el país, mientras tres de los fabricantes de vehículos eléctricos más grandes de China se preparan para construir fábricas al sur de la frontera con Estados Unidos.
MG, BYD y Chery, conocida en México como Chirey, entablaron conversaciones con funcionarios en México para encontrar sitios este año, de acuerdo con varias personas con conocimiento de las conversaciones. Otra compañía china planea construir una planta de baterías de 12 mil millones de dólares, dijo una persona.
El impulso de inversión, que puede dar a los productores de China un valioso punto de apoyo en la región, coloca a la segunda economía más grande de América Latina en medio de la guerra comercial entre EU y China.
Los funcionarios estadunidenses plantearon preguntas más generales sobre la inversión china en reuniones con sus homólogos mexicanos, dijeron tres personas. Los mexicanos reconocieron que tienen que ser cautelosos al considerar las inversiones chinas debido al riesgo de molestar a EU.
México, el séptimo fabricante de automóviles del mundo, es uno de los países mejor posicionados para beneficiarse de una agitación en las cadenas de suministro globales causada por las disrupciones de la pandemia y la guerra comercial entre EU y China. Ofrece mano de obra más barata, una amplia cadena de suministro y acceso al acuerdo de libre comercio de América del Norte (T-MEC).
“El interés de las compañías chinas en el mercado mexicano creció de manera exponencial”, dijo Francisco Bautista de EY Latin America, quien trabaja con cuatro empresas chinas de vehículos eléctricos que buscan ubicar la producción en México.
EU compite con China por la supremacía en la fabricación de vehículos eléctricos y puso en marcha estrictas restricciones para excluir de su cadena de suministro este tipo de autos, las baterías y otros componentes y recursos fabricados por compañías chinas a través de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por su sigla en inglés).
Al gobierno del presidente Joe Biden le preocupa que los fabricantes de automóviles chinos puedan eludir las medidas al fabricar coches en México, eclipsando a sus rivales globales con modelos tecnológicamente avanzados y precios más competitivos.
Miembros del Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre China, liderado por republicanos, escribieron en una carta reciente que estaban preocupados de que las empresas chinas pudieran utilizar a México como una “puerta trasera” a su mercado.
China es el mayor productor mundial de autos eléctricos y sus baterías, y sus grupos automotrices exportan cada vez más modelos de bajo costo a todo el mundo, ya que enfrentan un exceso de capacidad en las fábricas nacionales.
MG, propiedad del gigante automotriz estatal SAIC, planea construir una fábrica de entre mil 500 y 2 mil millones de dólares en México, mientras que BYD estudia una inversión en una fábrica por valor de cientos de millones en su primera fase, dijo una fuente cercana a las conversaciones.
El mes pasado, BYD se reunió con secretarios de al menos cuatro estados mexicanos, entre ellos el Estado de México y Yucatán, en una recepción en la Ciudad de México sobre una fábrica de vehículos eléctricos, dijo un ex funcionario estatal.
El gobernador de Nuevo León, Samuel García, dijo que BYD planea instalar una fábrica allí, aunque la compañía aún no toma una decisión final. SAIC, BYD y Chery no respondieron a solicitudes de comentarios.
Los fabricantes de automóviles chinos experimentaron un crecimiento astronómico en México en los últimos años, representando casi una quinta parte de las ventas, frente a prácticamente cero hace seis años.
Estados Unidos indicó que no trata de bloquear las inversiones chinas en México, pero Janet Yellen, secretaria del Tesoro, señaló la necesidad de aplicar las reglas comerciales, incluido un reciente acuerdo para fortalecer su control de la inversión extranjera.
México depende en gran medida de EU, país al que van más de dos tercios de sus exportaciones, y en el que viven y trabajan 37 millones de personas de origen mexicano, las cuales envían casi 60 mil millones de dólares de remesas al año.
A la pregunta de si el acuerdo de control de inversiones puede perjudicar las relaciones comerciales entre México y China, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, fue tajante.
“Nuestra relación comercial y financiera con EU es preponderante”, dijo sentado junto a Yellen en Palacio Nacional. “No es una gran prioridad dedicar tiempo a otros países que no sean EU”.
Este año, México se convirtió en el mayor socio comercial de EU, y Biden hace campaña para una mayor integración económica en Norteamérica, sobre todo en las industrias ecológicas.
México está cubierto por la desgravación fiscal al consumo de la IRA para acelerar el despliegue de los vehículos eléctricos, pero eso exige que los modelos se fabriquen en Norteamérica y que los materiales y componentes procedan de países con acuerdos de libre comercio con EU.
Ninguna pieza puede proceder de China ni de otras “entidades extranjeras de preocupación”, lo que se suma a las barreras comerciales de EU que ya desalentaron a algunas nuevas marcas chinas de enfocarse en este mercado.
Michael Dunne, director ejecutivo de la consultora automotriz Dunne Insights, especializada en Asia, dijo que las compañías chinas eran “realistas” ante la amenaza de que el sentimiento antichino de Washington bloqueara el acceso a los generosos subsidios de la Administración Biden a los vehículos eléctricos. “Es evidente que tienen una diana en el pecho”, dijo Dunne
Con información de: Edward White y Peter Campbell