Fitch eleva calificación crediticia de Prisa tras reestructurar su deuda

La nueva nota que le confiere Fitch refleja "el debilitado perfil de negocio de Prisa tras la reestructuración, aunque respaldado por las perspectivas de su negocio de educación en América Latina".

La refinanciación de la deuda le permitirá a Prisa contar con alrededor de 275 millones para hacer frente a sus necesidades de liquidez.
Editorial Milenio
Ciudad de México /

La agencia de calificadora Fitch elevó en dos escalones la nota crediticia que concede al grupo de comunicación español Prisa, que pasa de C a CCC+, aún dentro del grado especulativo (lo que se conoce como bono basura), tras completar la reestructuración de su deuda y vender Santillana España.

Prisa, con medios de comunicación tanto en España como en Latinoamérica, cerró el pasado 31 de diciembre la venta de su negocio editorial en España por 465 millones de euros (unos 560 millones de dólares), una operación que le permitió refinanciar su deuda de mil 148 millones (unos mil 380 millones de dólares), reduciéndola en un 30 % y ampliando el vencimiento del resto hasta marzo de 2025.

La nueva nota que le confiere Fitch refleja "el debilitado perfil de negocio de Prisa tras la reestructuración, aunque respaldado por las perspectivas de su negocio de educación en América Latina y la posible recuperación de sus negocios de medios", según ha explicado la agencia en un comunicado.

Esta subida de calificación sigue a la recientemente acometida por las otras dos grandes agencias de calificación de referencia, Moody's y S&P.

Para Fitch -que ha anunciado además que ésta será la última ocasión en la que revise el perfil crediticio de Prisa por razones puramente comerciales-, la reestructuración y venta de Santillana España dan margen a la dirección del grupo para ejecutar sus planes empresariales sin presiones de liquidez.

Prisa ha explicado en el pasado que la refinanciación de la deuda le permitirá contar con alrededor de 275 millones para hacer frente a sus necesidades de liquidez y al desarrollo de su plan estratégico, que pasa por la creación de dos compañías diferenciadas, una para medios y otra para recursos educativos.

La salida de Javier Monzón de la compañía, movimiento impulsado por el accionista mayoritario Amber Capital, y la entrada de Vivendi hace unas semanas en el accionariado, haciéndose con 9.9 por ciento de los títulos, otorga cierto margen de maniobra a Joseph Oughourlian, presidente en funciones del Consejo de Administración, para avanzar en esa estrategia.

"Sin embargo, sin un cambio de rumbo claro y un desapalancamiento en los próximos 24 meses, la estructura de capital de Prisa sigue siendo vulnerable, lo que podría requerir más acciones de reestructuración", advierte en un comunicado.

Fitch, que calcula que Prisa cerrará 2020 con una deuda bruta de 900 millones de euros, cree que el grupo español debe revisar su estrategia empresarial en el ámbito de prensa y radio, y advierte de que la evolución de su negocio editorial en América Latina puede ser peor de lo esperado principalmente a causa de la irrupción de la pandemia, cuyo efecto se prolongará también durante 2021.

En cualquier caso, defiende que el grupo se beneficia de la estabilidad de su división educativa en Latinoamérica, "estructuralmente menos expuesta a los ciclos económicos y con una posición competitiva de líder, aunque actualmente afectada por la volatilidad macroeconómica y cambiaria".

"Los negocios restantes tienen perfiles de riesgo más altos debido a su sesgo hacia la circulación y los ingresos publicitarios, lo que se ve parcialmente mitigado por una plataforma digital en crecimiento", añade.

A la espera de presentar sus resultados de 2020 al completo, Prisa incrementó en los nueve primeros del año 89 por ciento sus pérdidas, hasta los 209 millones, por el impacto de la pandemia y los deterioros.

AMP

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