El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que si bien la actividad económica en América Latina y El Caribe se ha venido recuperando, tras la fuerte contracción de abril, los riesgos persisten y uno de ellos se relaciona con nuevos casos de coronavirus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad covid-19 en algunos países, como México, que podrían afectar tal recuperación.
De acuerdo con el documento Perspectivas Económicas: las Américas. La persistencia de la pandemia nubla la recuperación, las economías más grandes de la región (Brasil, Chile, México, Perú) tienen algunas de las cifras más altas de muertes per cápita en el mundo y es probable que los informes oficiales subestimen la cuenta.
El FMI explicó que los países de América Latina y El Caribe impusieron estrictas medidas de confinamiento al inicio de la pandemia, cuando el número de casos aún era bajo y en un comienzo, los confinamientos frenaron la epidemia al reducir drásticamente la movilidad; sin embargo, las medidas no lograron contener con eficacia la propagación, ya que la movilidad empezó a aumentar.
De hecho, abundó, la pandemia evolucionó a un ritmo de “combustión lenta”, con un periodo prolongado de aumento ininterrumpido de nuevos casos y nuevas muertes, lo que ha llevado a un alto número total de muertes, pese a la notable disminución inicial de la movilidad.
Más pobreza e informalidad, falta de estímulos fiscales
El organismo destacó que la predominancia de la pobreza y la informalidad en los mercados laborales, y la imposibilidad de practicar el distanciamiento social en zonas urbanas densamente pobladas y barrios de bajos ingresos aglomerados contribuyeron al aumento del número de muertes.
Además, la deficiente capacidad del Estado y la falta de espacio fiscal en muchos países minimizaron los esfuerzos de contención y mitigación; por ejemplo, al no reforzar las capacidades para realizar pruebas y rastrear contactos; y al extenderse más los brotes, los sistemas sanitarios inadecuadamente preparados de la región se vieron sometidos a presión y no lograron contener los costos humanos.
Lenta reapertura
En este contexto, la “dinámica de combustión lenta” de la enfermedad en la región significa que las tasas marginales de muertes y contagios siguen siendo altas hasta ahora, lo cual exige que el proceso de reapertura sea lento, ya que persisten inquietudes acerca de la baja capacidad de los gobiernos y de la resiliencia de los sistemas sanitarios.
En este contexto, el FMI estima que en América Latina y El Caribe el Producto Interno Bruto (PIB) caerá 8.1 por ciento en 2020, y que se recupere moderadamente en 2021 dada la persistente propagación del virus y las consiguientes medidas de distanciamiento social y secuelas a más largo plazo.
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Riesgos persisten
Los riesgos para las perspectivas de la región persisten y la incertidumbre en torno a la evolución de la pandemia es una de las principales fuentes de riesgo.
El FMI considera que las prioridades fundamentales en materia de políticas son frenar la propagación del virus y hacer frente a la crisis sanitaria. En los países en los que los confinamientos aún son un obstáculo para la actividad, las políticas deben centrarse en garantizar que las empresas dispongan de suficiente liquidez y en proteger el empleo y los ingresos, mientras se trazan planes de consolidación fiscal a mediano plazo para salvaguardar la sostenibilidad de la deuda.
En los países que están relajando las medidas de confinamiento, los esfuerzos han de concentrarse en apoyar la recuperación, por ejemplo, mediante reformas estructurales. Una vez que la pandemia esté bajo control, y que la recuperación esté bien encaminada, la política fiscal deberá enfocarse en reponer los márgenes de maniobra. La política monetaria debe seguir siendo acomodaticia mientras la inflación permanezca dentro del rango fijado como meta y las expectativas inflacionarias estén bien ancladas.
MRA