Cuando la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad covid-19 esté bajo control mediante vacunas o tratamientos efectivos, los gobiernos deberán fomentar la recuperación mientras abordan los legados de la crisis: los elevados niveles de deuda pública y privada, el alto desempleo y el aumento de la desigualdad y la pobreza, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).
De acuerdo con el informe Monitor Fiscal, las medidas para apoyar a los hogares de bajos ingresos, incluidos los trabajos de buena calidad, serán fundamentales para reducir la pobreza. Los países con un espacio fiscal limitado y menos acceso al financiamiento deben proteger la inversión pública y las transferencias a los hogares de ingresos más bajos, al tiempo que aumentan la tributación progresiva y se aseguran de que las empresas altamente rentables se graven adecuadamente, con el objetivo de lograr un ajuste equitativo y favorable al crecimiento.
En videoconferencia para presentar el documento, el director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI, Vitor Gaspar, indicó que los países que puedan hacerlo, deben continuar con los estímulos fiscales para fortalecer la recuperación económica, pero también deben anclar la recuperación con la sostenibilidad fiscal.
El organismo internacional agregó que las políticas para la nueva economía post pandémica deben centrarse en abordar la pobreza y la desigualdad para garantizar la paz social y el crecimiento sostenible, y en desarrollar la capacidad de recuperación frente a futuras epidemias y otras crisis.
Esto incluye políticas para garantizar que todas las personas tengan acceso a bienes básicos (por ejemplo, alimentos) y servicios (por ejemplo, salud y educación); además, la reducción de emisiones seguirá siendo un desafío central a largo plazo después de la pandemia y esto requerirá políticas para aumentar los precios del carbono y catalizar la inversión en tecnologías bajas en carbono.
En este sentido, añadió el FMI, los gobiernos deben preparar a las economías para una reapertura segura y exitosa, diseñar políticas para crear empleos e impulsar la actividad económica, y facilitar la transformación hacia economías más resilientes, inclusivas y verdes.
Asimismo, el gasto en infraestructura digital será fundamental para apoyar el distanciamiento social y reducir la brecha digital que agrava las disparidades en el acceso a la información, la educación y las oportunidades laborales.
“La inversión pública puede apoyar la transformación del futuro, la inversión en salud, educación e infraestructura digital y verde puede conectar a las personas, mejorar la productividad en toda la economía, fortalecer la resiliencia al cambio climático y a futuras pandemias”, señaló el director del Departamento de Finanzas Públicas del FMI, Vitor Gaspar.
MRA