El Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer que en 2021 la deuda global se mantuvo por encima de los niveles previos a la pandemia, incluso después de registrar la caída más pronunciada en 70 años, aunque expresada en dólares siguió aumentando pero a un ritmo mucho más lento, alcanzando un récord de 235 billones de dólares.
De acuerdo con cifras del FMI, en 2021 la deuda pública y privada total disminuyó al equivalente del 247 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial, al caer 10 puntos porcentuales desde su nivel máximo en 2020.
- Te recomendamos México recibe a delegación de la FAA en busca de recuperar categoría 1 de seguridad aérea Negocios
El FMI explicó que la deuda privada, que incluye obligaciones de hogares y empresas no financieras, impulsó la reducción general, al disminuir en 6 puntos porcentuales, a 153 por ciento del PIB. La disminución de 4 puntos porcentuales para la deuda pública, a 96 por ciento del PIB, fue la mayor caída en décadas.
Comportamiento de la deuda por países
Precisó que la dinámica de la deuda varió significativamente entre los grupos de países.
La caída de la deuda fue mayor en las economías avanzadas, donde tanto la deuda privada, como la pública, cayeron 5 por ciento del PIB en 2021, revirtiendo casi un tercio del aumento registrado en 2020.
En los mercados emergentes (excluida China), la caída de los índices de deuda en 2021 fue equivalente a casi 60 por ciento del aumento de 2020, y la deuda privada cayó más que la deuda pública.
En los países en desarrollo de bajos ingresos, los índices de deuda total continuaron aumentando en 2021, impulsados por una mayor deuda privada.
Factores detrás de las oscilaciones de la deuda mundial
El organismo internacional señaló que hay tres factores principales explican estos movimientos inusualmente grandes en la deuda pública y privada en todo el mundo; el primero, grandes fluctuaciones en el crecimiento económico.
Esto porque la recesión económica al comienzo de la pandemia contribuyó a una caída pronunciada del PIB, que se reflejó en el fuerte aumento de la relación deuda/PIB en 2020, pero en la medida que las economías superaban lo peor de la pandemia, el fuerte repunte del PIB ayudó a la caída de 2021 en los índices de deuda.
Segundo, inflación alta y más volátil, pues las tasas de inflación cayeron significativamente en el primer año de la pandemia, pero esta tendencia se revirtió en 2021 cuando los precios aumentaron considerablemente en muchos países.
Así, durante 2020 y 2021, la actividad económica y la inflación se movieron juntas: la inflación cayó y luego aumentó con la producción. Estos factores indujeron grandes oscilaciones en el PIB nominal que contribuyeron a los cambios en los coeficientes de endeudamiento.
Tercero, efectos de las crisis económicas en los presupuestos de los gobiernos, las empresas y los hogares, ya que las condiciones económicas volátiles también tuvieron un impacto considerable en la dinámica de la deuda a través de los presupuestos.
La deuda y los déficits aumentaron significativamente en 2020 debido a la recesión económica y al considerable apoyo brindado a personas y empresas; en 2021, los déficits fiscales disminuyeron pero se mantuvieron por encima de sus niveles previos a la pandemia .
Riesgos
Pese a este comportamiento de la deuda en 2021, el FMI alertó que la gestión de los altos niveles de deuda será cada vez más difícil si las perspectivas económicas continúan deteriorándose y los costos de los préstamos aumentan aún más.
Por tanto, aseveró, Las perspectivas de crecimiento más débiles y la política monetaria más estricta exigen prudencia en la gestión de la deuda y la conducción de la política fiscal. Los gobiernos deben adoptar estrategias fiscales que ayuden a reducir las presiones inflacionarias ahora y las vulnerabilidades de la deuda a mediano plazo, incluso mediante la contención del crecimiento del gasto, mientras protegen las áreas prioritarias, incluido el apoyo a los más afectados por la crisis del costo de vida.
Esto también facilitaría el trabajo de los bancos centrales y permitiría aumentos menores en las tasas de interés; “en tiempos de turbulencia y confusión, la confianza en la estabilidad a largo plazo es un bien preciado”, apuntó el organismo internacional.
AMP