Diego Sada Zambrano, uno de los empresarios que más ha dejado legado en temas económicos y culturales en Nuevo León en los últimos años, murió a los 79 años por complicaciones de salud.
El empresario se distinguió a lo largo de su vida por promocionar la cultura y el desarrollo económico en la entidad. En concreto, al haber egresado del distinguido Instituto Tecnológico de Massachusets (MIT) como ingeniero químico, Sada Zambrano se enfocó en temas relacionados a la siderurgia; trabajó durante muchos años en Hylsa, previo a que esta se convirtiera en Ternium.
Dirigió también Grupo Alfa, que fundó junto a Don Roberto Garza Sada en 1974. Cabe señalar que la empresa se fundó apenas un año después del asesinato de Don Eugenio Garza Sada -hermano de Roberto Garza Sada.
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Además de su relación con estos dos, el empresario fue parte de un largo linaje de líderes empresariales regiomontanos: era hijo de Diego Sada García y María Zambrano Urtiaga, nieto de Francisco G. Sada, quien fuera parte de los grandes corporativos representativos de la entidad: la desaparecida Fundidora, y la entonces Cervecería Cuauhtémoc (hoy Heineken México), entre otros.
Alfa, que es hoy una de las empresas regiomontanas más importantes, logró un importante crecimiento durante el tiempo en que Sada Zambrano estuvo al frente de la misma; logró diversificar sus negocios y crear más de un centenar de subsidiarias. Se trata de uno de los periodos más importantes para el empresariado regiomontano; tras la muerte de Don Eugenio, y aprovechando el movimiento político, se logró la consolidación de algunos de los corporativos más grandes nacidos en Monterrey.
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Sada Zambrano, en cuanto a temas culturales, fue parte de la creación del Museo Marco hace casi 30 años, mismo que presidió en el Consejo de Directores. El Museo nació en 1991, y fue hasta 1997 cuando Sada Zambrano dejó su lugar frente al mismo, aunque al ser él mismo un artista, siguió presentando diferentes piezas en el mismo museo que fundó en la década de los noventa.
Tras la muerte del empresario durante los primeros días de octubre, le sobreviven cuatro de sus hijos: Diego, Mauricio, Federico y Paola, así como los hijos de éstos.