El 19 de septiembre de 2017 Fernando Alanís Ortega se encontraba en el piso 11 del edificio corporativo de Industrias Peñoles en Ciudad de México cuando ocurrió el terremoto de magnitud 7.1. “Te pasa toda tu vida por la mente”, confesó en su momento. El director general de esta empresa tiene una presencia que impone. Lleva ya 22 años en las filas de esa firma con 131 años de historia, perteneciente al Grupo Bal.
Desde 2008 está al frente de la dirección general de esta compañía que reportó ventas netas por 19 mil 513.9 millones de pesos al tercer trimestre de 2018, y aunque tiene más que puesta la camiseta de Peñoles, reconoce que en el fondo, otros colores hacen latir su corazón más allá de las minas… en las canchas de futbol.
¿De no haber trabajado en el sector minero, a qué se hubiera dedicado?
Mi experiencia en el sector minero ha sido en Peñoles. Yo trabajé 18 años en Dupont, que es una empresa química que fue mi primera chamba, fue ahí a la que entré, digo yo, como soldado-fusilero-granadero de tercera, recién salido de la universidad, sin experiencia, a un puesto de supervisor de Seguridad en obras de construcción, con toda la capacitación durante varios meses. Ahí nace mi conciencia, cultura y convicción sobre seguridad y ahora tengo 22 años en Peñoles. Si no hubiera trabajando en Peñoles, hubiera vuelto a trabajar en Peñoles. No me veo en otro lugar.
Y cuando fue niño, ¿cuál era su sueño?
Le puedes preguntar a mi esposa y es una realidad. Estaba comenzando mi carrera profesional, recién me casé con ella, le dije que yo quería ser director general de una empresa importante y ese sueño lo he hecho realidad. Soy ingeniero químico egresado de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.
¿De hecho es su ciudad natal?
Pues Ciudad de México es mi ciudad natal, pero mi corazón está en Torreón. La verdad, yo siempre digo que soy un lagunero que nació en Ciudad de México. Con los 10 años que tuve oportunidad de vivir en Torreón, dejé ahí mi corazón y mi pasión sigue siendo esa región. Con todo respeto a todos, pero mis mejores amigos están en Torreón.
¿Tiene algún pasatiempo?
Mi hobby siempre fue la música, de hecho en la familia todos compartimos ese gusto, todos tocábamos algún instrumento. Tuvimos un conjunto de música moderna con mis hermanos, participé en las estudiantinas, en rondallas, un grupo de amigos que llevábamos serenata; no me preguntes cómo canto, pero allí medio tocaba un poco el bajo eléctrico en el conjunto o el tololoche en la estudiantina. De hecho, a mi esposa la conocí en el coro de una iglesia donde nosotros tocábamos y su familia iba ahí.
¿Qué tal con los deportes?
El futbol soccer sin duda es mi favorito, lo practiqué muchos años, fui defensa central desde primaria hasta la facultad, incluso en las primeras plantas que trabajé buscaba jugarlo. También me gusta el futbol americano, pero nada más verlo. Cuando llegué a dirigir Met Mex Peñoles en Torreón, yo le iba al Cruz Azul y tuve incluso cierto conflicto de intereses, pero conforme fui conociendo al Santos, me conquistó todo lo que hay detrás. Soy un converso del Santos Laguna. Yo le voy al equipo que tiene el logotipo de nuestra empresa.
¿Se considera santista de corazón?
El Santos es el mejor equipo, es el campeón. Es un equipo que con orgullo se ha ganado el apoyo y el cariño de Peñoles por todo lo que representa en La Laguna. Creo que si tenemos algo emblemático en La Laguna y que nos une a todos es el Santos, sin lugar a dudas. He tenido la oportunidad de conocer a su directiva y con su filosofía hay una coincidencia total, sobre todo en lo que son los valores.
¿Es difícil tener una posición como la suya en Peñoles?
No cuando tienes un gran equipo, y yo lo tengo en todos los niveles de la organización. Obviamente es un puesto de mucha responsabilidad, que tiene muchas noches largas de insomnio, pero vale la pena cuando ves resultados.
¿Tiene algún libro que lo haya marcado?
¡Ya me vas a entrevistar como al Presidente (se refiere a Enrique Peña Nieto)! Sí, tengo tres libros que me marcaron mucho, y dos son del mismo autor, Richard Bach. Uno que se llama Juan Salvador Gaviota y el otro Biplano, historia muy interesante y cuantas veces la he leído me vuelvo a identificar; el tercer libro que fue mi inducción con Gabriel García Márquez, Relato de un náufrago, uno de los primeros textos que escribió y me jaló a leer toda su obra.
¿Qué tipo de música escucha?
Me gusta todo. Soy fan de los Beatles en todas sus versiones.