Gabriela Ramos, la 'sherpa' mexicana con éxito internacional

Día Internacional de la Mujer

Las mujeres deben ser ellas mismas, permitirse soñar y mantener su independencia en todo sentido, incluido el económico, aconseja la directora de la OCDE.

Gabriela Ramos, directora de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y sherpa (Foto: Notimex)
Silvia Rodríguez
Ciudad de México /

Gabriela Ramos, directora de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y sherpa, es una de las mujeres mexicanas más exitosas y con gran orgullo atribuye los logros de su trayectoria profesional a su esfuerzo, pero también a los mentores que han aparecido en su vida y a su esposo, con quien forma el mejor equipo.

Entrevistada por MILENIO con motivo del Día Internacional de la Mujer, para Ramos el mejor consejo que le puede dar a las mujeres es ser ellas mismas, permitirse soñar y mantener su independencia en todos los sentidos.

“Es importante mantener siempre la independencia en términos de tus decisiones, en términos económicos importantísimo; no quiero decir que uno tiene que ser rico, simplemente que no dependas económicamente porque eso limita mucho en términos de tus propias decisiones”, dice firme mientras reconoce que tiene un matrimonio maravilloso.

Ramos es licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Iberoamericana, carrera que eligió por el interés de otras culturas, idiomas e historia mundial.

“Claro que uno termina siempre la carrera de internacionales y piensa: ¿qué voy a hacer después?, pero mientras uno aproveche las oportunidades y haga su máximo esfuerzo, se empiezan a generar oportunidades, como la que se me dio cuando me preparé para ingresar al servicio exterior en el examen de promoción y, vanidad aparte porque nunca lo hubiera esperado, fui uno de los primeros lugares en la promoción de 1989”, expresa emocionada.

Sherpa

Gabriela Ramos es sherpa de la OCDE; es decir, negociadora y representante de alto nivel. Sus labores consisten en la preparación de la participación del organismo en todas las reuniones de los grupos G20 y G7, en otras cumbres.

Tras el buen resultado en el examen, fue invitada por el entonces secretario de Relaciones Exteriores Fernando Solana —a quien no conocía— a trabajar en su oficina, pues el funcionario quería promover a los que habían sacado las mejores notas. Ahí, el consejero jurídico la impulsó a continuar sus estudios de maestría en Harvard, ya que él había egresado de esa universidad y consideraba que tenía el mejor plan de estudios en políticas públicas, lo cual ella constató. “Los mentores siempre son gente maravillosa que te acompaña y te impulsa”, dice convencida.

Así, en 1994 regresó a México, época en que había muchas expectativas de que el país estaba despuntando; había menos criminalidad y el país había entrado a formar parte de las naciones que conforman la OCDE; después llegó la crisis financiera y el perfil de su esposo que estaba orientado a temas muy sofisticados de finanzas no encontraba cabida.

“A mí me tocó tomar el trabajo inmediato yo hubiera querido quizás explorar otras opciones porque ya había estado en la secretaría un buen rato, pero en cuanto regresé me hablaron de relaciones (exteriores) para darme esta opción y pues la tomé, la tomé y resultó como que se va haciendo camino al andar”, recuerda la funcionaria de la OCDE.

De 1995 a 1998 estuvo en la SRE encargada del área de Asuntos Económicos, pero ya con dos hijas se salió de la dependencia para poner su consultoría, pues había sido promovida para irse a Francia, pero su esposo había encontrado un buen trabajo y sus pequeñas le demandaban tiempo.

En el año 2000 la contrataron para representar a la OCDE en México, y aunque estaba feliz en su consultoría aceptó. En 2005 los países miembros de la organización eligieron a José Ángel Gurría como su secretario y vino un trabajo continuo con él, quien en 2006 la invitó a irse a vivir a Francia. En un inicio no aceptó porque pensaba que su esposo no querría mudarse, pero él respondió encantado “sí, vámonos”.

Así llegó a vivir a Francia con su familia; reconoce que no fue un proceso sencillo, ya que aunque la OCDE es muy acogedora, dejar atrás México, sus costumbres, amigos, familia, no fue fácil. En su vida laboral las cosas tampoco fueron simples, pues en ese momento la OCDE era un organismo de bajo perfil, ya que si bien hacía recomendaciones, no estaba presente en los debates internacionales, ni construyendo agendas de alto impacto, situación que con el paso de los años ha cambiado y ella ha formado parte del crecimiento de la organización.

Su esposo, factor crucial en su vida

En este camino, para la internacionalista mexicana su esposo ha sido crucial; “somos un equipo, él es un compañero maravilloso y cuando en muchos de estos foros donde preguntan temas de mejores consejos, yo digo que encontrar el buen marido. Sí necesitas a la gente como Ricardo, mi esposo, que no solo es que te apoye y te impulse sino que además no tiene ningún problema por estar compitiendo, él tiene su desarrollo profesional que también es bastante interesante pero está muy bien ubicado en su dimensión y contento de tener una esposa destacada que no es el caso en muchas de las parejas que conocemos no es el caso como se educa al hombre en México, desafortunadamente”.

Fundación de apoyo a madres solteras, el pendiente

La maestra en políticas públicas por la Universidad de Harvard habla tres idiomas (español, inglés y francés, y un poco de italiano) tiene metas por cumplir, como ayudar más a los países a avanzar en su agenda de crecimiento incluyente, ya sea en la misma OCDE o en otra organización internacional, pero también tiene una asignatura pendiente en memoria de su hermana, quien falleció en el sismo de septiembre de 2017.

A pesar de tener un buen nivel socioeconómico, cultural y de desarrollo, su hermana fue madre soltera y eso la llevó a toparse con las limitantes que representa el no tener un acta de matrimonio o no poder vivir en edificios “decentes”.

“Ella sufrió mucha discriminación y creo que hasta la despidieron cuando supieron que estaba embarazada y tenía 20 años entonces, esa es una asignatura pendiente. A mí me gustaría tener una fundación para apoyar a las mamás solteras porque creo que las pasan con muchos más dificultades y aunque mi hermana tenía otro nivel socioeconómico cultural y de desarrollo aún así se la vio difícil, entonces es un tema que en el futuro espero poder desarrollarlo”.

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