Después de 48 años de que German Ahumada Russek liderará la desarrolladora de vivienda Consorcio ARA, se retira de la dirección general para dejar las riendas a Miguel Guillermo Lozano Pardinas, marcando un punto final a una era que transformó la industria de la construcción en el país.
Egresado de la Universidad Iberoamericana como ingeniero civil, en un artículo escrito por él mismo en Forbes cuenta que su sueño siempre fue ser constructor y el inicio de su carrera como empresario fue en el quinto año de su carrera profesional.
La empresa que fundó Ahumada Russek vivió en cinco décadas el auge exponencial del sector, a ser en su momento una de las 10 mayores empresas de la Bolsa Mexicana de Valores, para luego caer casi al punto de la quiebra tras el crack de la industria en México y ahora a recuperar terreno para seguir como una empresa viable y competitiva, aunque aún lejos de lo que llegó a ser en los años 90 y al principio de este siglo.
De acuerdo con la calificadora HR Ratings, Consorcio Ara tuvo ingresos por 6 mil 749 millones de pesos en 2023 y proyecta que alcanzará 7 mil 482 millones en 2026.
“Lo anterior representa una tasa media anual compuesta de 3.5 por ciento de crecimiento, la cual será apoyada por el aumento en el valor promedio por unidad dentro de todas las categorías de vivienda”.
El propio empresario cuenta que tuvo “la oportunidad de emprender un proyecto pequeño en número de viviendas, pero grande en experiencia y aprendizaje”.
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Inicio del imperio
En 1967 junto a su hermano, Luis Felipe Ahumada Russek, decidieron comprar su primer terreno para empezar a construir 18 viviendas en ciudad satélite, con préstamos de bancos extranjeros y la ayuda de su madre quien les prestó para cubrir el costo inicial.
En 1977 creó 5 sociedades para construir y vender 100 viviendas y fue ahí cuando fundaron Consorcio ARA que al principio solo era una desarrolladora en el Estado de México, después se logró expandir a más de 15 estados de la república.
La empresa se especializó en el desarrollo y la construcción de vivienda de interés social, aprovechando que, a fin de abatir la necesidad de las familias de menores ingresos, el gobierno otorgó grandes subsidios a las compañías que atendían este segmento.
“Era un mercado virgen, con abundancia de compradores". Con estos conceptos, Ahumada, relacionaba en una entrevista a una publicación especializada en construcción cómo era la industria de la vivienda en 2003.
“Los mejores años fueron después de haber salido a Bolsa. Llegamos a 15,000 casas (vendidas al año) y había mucha facilidad para obtener crédito y para obtener clientes”, dijo entonces Ahumada.
Consorcio Ara fue una de las cuatro “gigantes” de vivienda que gracias a estas políticas lograron auge, junto con Desarrolladora Homex, Urbi Desarrollos urbanos y Casas Geo.
“Para que los clientes ubicaran nuestra oficina, colocamos un globo amarillo, convirtiéndose en un referente de Ara” declaró.
Parte de sus estrategias fue la formulación de costos de materiales, proveeduría y diseño de las casas bajo un modelo uniforme que le permitiera al consorcio tener control máximo de gastos y una economía de escala tal que permitiera bajar los precios de las casas.
Al tener diseños idénticos, se podían construir casas en serie como si fuera una línea de producción fabril, incluso con materiales prefabricados para sus viviendas.
Algo que favorecía este modelo era que para bajar el costo de los terrenos las casas de interés social se construían en páramos cada vez más alejados de los centros urbanos.
El modelo era aplaudido por inversionistas y el ámbito financiero, pero duramente criticado por urbanistas, arquitectos y hasta especialistas de derechos humanos por el concepto de viviendas en serie y por privilegiar los costos sobre la calidad.
Durante sus años de auge, la empresa recibió lo mismo reconocimientos y premios que demandas de clientes.
Crisis de 1995
El momento que marcó a German Ahumada, fue en la crisis de 1995, donde, según el empresario, las tasas de interés se elevaron de 24 a 110 por ciento.
“Intentamos ir por recursos al mercado a través de una oferta pública de acciones. Recuerdo que fuimos a Nueva York en búsqueda de inversionistas y, así como nos recibían, enseguida nos enseñaban la salida”.
Un año después se lograron colocar acciones en la Bolsa Mexicana de Valores, además de que inyectaron flujo a la empresa, años después (2001) además de vender casas ahora integraron el negocio de centros comerciales, uno que destacó fue el “Centro Las Américas”, plaza comercial en Ecatepec, donde también hay al menos 15 mil viviendas.
“Más de un millón 330 mil mexicanos viven hoy en una casa ARA. (...) A la fecha, Casas ARA ha vendido más de 330 mil viviendas a lo largo y ancho de la República Mexicana. Su presencia abarca 16 estados del país, 18 ciudades y 33 municipios con 48 desarrollos que satisfacen las necesidades de diferentes tipos de vivienda: progresiva, de interés social, de nivel medio y residencial", relata la página de la compañía sobre el 2018.
Al momento de dejar la presidencia, después de 48 años de dedicarle a su empresa, German Ahumada logró construir más de 395 mil casas, habitadas por aproximadamente 1.5 millones de mexicanos.
nv