Luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador asegurara que el precio de la tortilla se encuentra entre sus principales preocupaciones, la industria reviró al mandatario y aseguró que el gobierno no puede controlar los precios de este producto, y que de hecho, el sector ha estado abandonado por parte de las autoridades.
En entrevista con MILENIO, el secretario de la Asociación de Industriales de la Masa y la Tortilla en el Estado de México y Zona Metropolitana, Alfredo Ceja, dijo que pese a que el gobierno intenta enfrentar el alza del precio de la tortilla, éste "no depende de ellos".
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"Nosotros compramos el maíz a precios exagerados. En 2020 comprábamos la tonelada en 4 mil 300 a 4 mil 900 pesos, ahora lo estamos comprando en 9 mil 500 y quizá a final de año llegará a 10 mil pesos la tonelada. No podemos soportarlo, ya es muy complicado tener y mantener una tortillería”, agregó.
Este miércoles, durante su conferencia matutina, el Ejecutivo federal externó su preocupación respecto al costo del kilo de tortilla, que ya llegó a los 30 pesos en algunas entidades. En este tenor, el presidente López Obrador aseguró que buscarán acercamientos con el sector para evitar tener aumentos injustificados, principalmente.
“La inflación a nivel mundial está arriba. Si bien la industria estamos sufriendo los embates de las condiciones económicas de la pandemia, también nos ha afectado mucho la guerra entre Rusia y Ucrania. El gobierno no tiene armas para poder detener la inflación y mucho menos el precio de la tortilla”, expuso Ceja.
En este contexto, al inicio de año en las área metropolitanas del país bajaron la cortina cerca de 5 por ciento de las tortillerías y con la tendencia alcista, la industria prevé llegar a un 10 por ciento de cierres.
Refirió que este precio se ha regido principalmente por los precios internacionales del maíz y del gas. El representante agregó que la situación que se vive actualmente en el sector también es consecuencia del abandono que tiene el campo mexicano que no ha tenido apoyos, como ha sucedido en mercados como el estadunidense.
En contraste, expuso que desde 2018 la industria ha padecido la cancelación de programas de apoyo para insumos como fertilizantes y los propios granos, que culminaron en una baja de 40 por ciento en la producción de maíz en México.
“El gobierno se ha negado a platicar con nosotros incluso cuando hemos exigido que se nos atienda como un sector socioeconómico. Sólo nos ha puesto en las manos de Profeco, no hemos tenido otra atención. Las harineras suben sus precios, nadie les dice algo, porque igual que nosotros están comprando el maíz a precios internacionales”, indicó.
Durante el segundo trimestre del año Gruma, la mayor productora de harina de maíz del mundo, reportó ventas netas por mil 337 millones de dólares, que representó un incremento de 19 por ciento en relación al mismo periodo del año anterior.
De acuerdo con su información financiera enviada a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), esto fue resultado del traspaso de costos y gastos increméntales, así como mayores netas en Estados Unidos y Europa. La firma destacó que ha sido capaz de manejar la inflación actual y que ha tenido un buen año en términos de demanda. Hasta el momento, la firma no se ha postulado sobre las declaraciones del Presidente.
El Ejecutivo federal agregó que con base en sus datos y tal como lo había adelantado el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos, se contempla un análisis del alcance del Paquete Contra la Inflación y Carestía (Pacic). El representante de los industriales de la tortilla aseguró que lo que el sector requiere es un apoyo a al campo, pues aseguró que los subsidios no frenarían la situación que padece el sector.
“Desgraciadamente esos recursos y programas que da el gobierno llega a los que pagan impuestos, la luz, tienen seguro social y están en reglas, esas son las condiciones. Alrededor de 95 a 98 por ciento de los industriales de la masa y la tortilla estaríamos fuera de eso, por lo que el beneficio sería para muy pocos, quienes tienen para dar más barata la tortilla. El subsidio no es viable ni para el gobierno ni para nosotros, pero hay otros elementos, aunque en el corto plazo es complicado, no hay manera”, concluyó.
AMP