Estamos comenzando un año muy complicado para todos; no obstante, la mayoría nos comprometimos con nosotros mismo para llevar a cabo cambios para mejorar varios aspectos de nuestras vidas, como el equilibrio financiero.
Pero es importante que sepas que, si quieres que tus propósitos se conviertan en realidad, lo mejor es hacer un plan de trabajo, pues “al ponerle fecha se convierte en una meta, la cual, dividida en pasos se transforma en un plan de trabajo, que, con acciones concretas, se vuelve una realidad”, asegura Álvaro Aldrete, conferencista y asesor profesional de seguros, autor de varios libros e integrante de la Mesa Redonda del Millón de Dólares.
El especialista en finanzas personales, aconseja que antes de poner en práctica el proyecto, es necesario tener un plan de trabajo robusto, concreto y específico, pero sobre todo “que siempre tengas la disciplina para seguirlo al pie de la letra”, puntualiza.
Considera que sin esta herramienta “probablemente andarás a la deriva”, por lo que es necesario “desarrollar una estrategia y ser muy estricto con las reglas y, al mismo tiempo, flexible con las expectativas”, advierte Álvaro Aldrete.
De acuerdo con el también experto en seguros, los puntos que debes de considerar son:
• Plan específico.
• Que sea medible.
• Realista y alcanzable.
• Con fecha de inicio y de término (determinados previamente).
“El plan de trabajo debe ser como una receta de cocina: si la sigues al pie de la letra tienes garantizado el resultado y, por el contrario, si improvisas sobre la marcha, aunque puedes acercarte al resultado, también podrías terminar en el punto opuesto de lo que deseabas”, dice Aldrete.
Una vez que comprendes la importancia de tener un plan, “el punto siguiente es desarrollar la capacidad de seguirlo al pie de la letra sin importar las condiciones externas (las dificultades que pueden aparecer, los imprevistos) o internas (si tienes ganas, si te desanimas, si dudas)”.
Para ello, necesitas tres cosas:
Orden. Consiste en tener todo bien planteado y llevarlo a cabo con disciplina. “Esto aplica tanto para el espacio que habitas y desde luego tus estados de ánimo. Así que, si estás desordenado, debes empezar por ahí”.
Disciplina. Adquirir este hábito puede ser todo un desafío. “Conozco algunas personas de forma natural son disciplinadas en prácticamente todos los aspectos de su vida. Hay otros a quienes ser disciplinados les cuesta un poco más. La buena noticia es que, ser disciplinado, también se aprende”.
Constancia. Se refiere al valor y la cualidad que poseen algunas personas en cuanto a ser perseverantes y determinados ante un propósito o decisión. “Podríamos decir que la constancia es el resultado de la repetición, es decir, realizar la misma actividad una y otra vez hasta que esta se convierta en un hábito”.
Alcanzar nuestras metas y objetivos nos ilusiona a todos: “ese deseo de superarnos, de alcanzar y conquistar nuestra mejor versión nos impulsa a mejorar, a resistir en momentos de adversidad y a dar siempre un paso más”, finaliza Aldrete.
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RRR