Al cierre de 2020 la deuda por habitante se estima en 95 mil 900 pesos, monto mayor a los 89 mil 600 pesos de deuda por mexicano en 2019, debido a la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad covid-19, dio a conocer la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
“Al día de hoy, cada mexicano, independientemente de su edad y de su condición social debe 95 mil 900 pesos, eso es lo que debemos cada uno de nosotros y esta deuda ha ido creciendo. Es deuda que se ha venido contratando desde hace mucho tiempo...cada mexicano que está naciendo hoy ya nace con una deuda", enfatizó el titular de la Unidad de Crédito Público de la Secretaría de Hacienda, José de Luna.
En el marco de la Cátedra SHCP organizada por la Facultad de Economía de la UNAM, el funcionario explicó que se trata de una consecuencia más de la crisis económica causada por el covid-19 en 2020, ante la tendencia creciente de la deuda pública y la caída de 8.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) el año pasado.
“Sobre la cual pagamos intereses y de la cual tenemos que tomar del presupuesto público, ciertos recursos para ir pagando el servicio de la deuda, los intereses, y cuando tengamos oportunidad ir amortizándola”.
En el caso de la deuda pública de México, de 2019 a 2020 pasó de 44.5 a 52.3 por ciento del PIB a consecuencia de la caída de la economía, aunado a la parte de deuda extranjera por la depreciación del peso, “por lo que automáticamente crece el monto de la deuda”.
“Es un crecimiento significativo que nosotros no esperábamos, de hecho, la instrucción del Presidente de la República ha sido que durante su administración la deuda se mantenga estable e incluso disminuya. Nosotros esperamos que cuando el PIB refleje cifras de crecimientos nuevamente, esta vaya reduciendo”, dijo.
Composición de la deuda aminoró impacto de la crisis
En este sentido, José de Luna explicó que la deuda del gobierno federal tiene dos componentes, 77 por ciento está denominada en pesos y 23 por ciento en moneda extranjera, siguiendo los pasos de los países más desarrollados y lo que generó una amortización de los riesgos cambiarios y choques externos.
Por ejemplo, en 1995, año de la crisis financiera en México, la deuda gubernamental estaba destinada en un 79 por ciento en moneda extranjera y 21 en pesos mexicanos, por lo que esta composición sin un régimen cambiario sin la suficiente flexibilidad agravó la capacidad de respuesta de las autoridades financieras.
“Esto creemos que fue una de las principales razones de la crisis que tuvimos donde gran parte de nuestra deuda estuvo en moneda extranjera y en instrumentos de muy corto plazo”.
Dentro del componente de deuda extranjera, De Luna señaló que la diversificación a 2020 68.4 por ciento se encuentra en dólares, 22.1 en euros, 5.8 por en yenes 1.8 en libras y 1.9 en francos suizos. Agregó que esto resulta favorable al poder llegar a nuevos inversionistas.
MRA