Tras la crisis por la pandemia del covid-19, para los países será más difícil recaudar más ingresos y cerrar brechas de desigualdad y, dado que los gobiernos han aumentado el gasto público para abordar la crisis, será necesario que restablezcan las finanzas públicas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) propuso implementar un impuesto a las herencias.
El impuesto de sucesiones es un impuesto que grava el conjunto de bienes y derechos que conforman la herencia de un fallecido y al que deben hacer frente sus herederos.
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De acuerdo con lo planteado en el documento” La tributación a la herencia en los países de la OCDE”, si bien los impuestos sobre las transferencias patrimoniales, incluidas las herencias y al patrimonio, se imponen en 24 de los 36 países de la OCDE incluidos en el informe, los impuestos a las donaciones han jugado un papel importante limitado en la recaudación de ingresos. En 2018, sólo 0.5 por ciento de los ingresos fiscales totales se obtuvo de estos impuestos en promedio en los países que los aplicaron.
El organismo internacional aseguró que existen buenas razones para hacer un mayor uso de impuestos sobre sucesiones y donaciones bien diseñados, basados en consideraciones de equidad, eficiencia y administración. Explicó que existen sólidos argumentos de equidad a favor del impuesto sobre sucesiones, en particular de un impuesto sobre sucesiones basado en el receptor con una exención para herencias de bajo valor.
La OCDE indicó que, desde una perspectiva de eficiencia, los impuestos a la herencia tienden a tener efectos más limitados sobre los ahorros que otros impuestos que gravan a los contribuyentes ricos; además, si bien los impuestos sobre sucesiones pueden afectar negativamente a la sucesión de empresas familiares y pueden reducir los riesgos de una mala asignación de capital, estos comportamientos podrían abordarse en gran medida mediante un mejor diseño fiscal.
Añadió que los impuestos sobre sucesiones tienen una serie de ventajas administrativas en comparación con otras formas de impuestos sobre el patrimonio, y los avances recientes en la transparencia fiscal internacional mejoran la capacidad de los países para gravar el capital de manera eficaz.
Importante tener en cuenta el contexto del país
Sin embargo, la OCDE advirtió que es fundamental tener en cuenta el contexto del país, pues la elección adecuada de los instrumentos fiscales dependerá de las circunstancias específicas, incluido el nivel de desigualdad de riqueza y el nivel de capacidad administrativa. Además, las opciones de política con respecto a la tributación de sucesiones deben tener en cuenta el resto del sistema tributario, especialmente los otros impuestos que los países pueden estar aplicando a la riqueza personal y los ingresos del capital.
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Destacó que, si bien los impuestos a la herencia en combinación con los impuestos sobre la renta del capital personal pueden ser herramientas poderosas para reducir el ritmo de acumulación de riqueza a lo largo de generaciones, se pueden utilizar otras herramientas para lograr este objetivo.
Por ejemplo, se podría lograr una reducción significativa en el ritmo de acumulación de riqueza a lo largo de generaciones mediante impuestos sobre la renta del capital personal, pero es posible que sea necesario cobrarlos a tasas elevadas y progresivas para que tengan un efecto significativo.
Desde el punto de vista de la eficiencia, puede ser preferible la combinación de impuestos progresivos más moderados sobre la renta del capital personal con un impuesto de sucesiones progresivo.
lvm