El coronavirus enfermó a prácticamente todas las actividades económicas del mundo, pero hay algunas que están realmente graves como es el caso del coworking, esas oficinas compartidas que habían estado ganando terreno entre pequeñas empresas, startups y profesionales autónomos.
Trabajar desde casa y el distanciamiento social son la nueva normalidad, por lo que la idea de compartir espacios a cambio de una renta dejó de ser atractivo.
De acuerdo con Víctor Lachica, director general y presidente de Cushman & Wakefield México, en el corto plazo el cowork seguirá sufriendo, pero luego de la contingencia la tendencia previa al coronavirus seguirá manteniéndose por ser un concepto innovador, aunque reconoció que sí tendrá que volver a la etapa de planeación y rehacer el concepto.
“El home office puede ser un gran enemigo del coworking si no se reinventa, pero así como lograron sacar este gran concepto van a tener que cambiar, hacer grandes trabajos de ingeniería y planteamientos financieros, así como renegociar muchos de los contratos que tienen actualmente, de lo contrario los clientes no van a volver”, dijo.
A escala mundial distintos espacios de coworking sufrieron inmediatamente el impacto. En el primer mes del confinamiento en Estados Unidos, Workspace informó que sólo había recaudado 50 por ciento de la renta adeudada a fines de marzo, ya que los clientes presionaron para obtener aplazamientos y descuentos.
WeWork también informó de miles de inquilinos que no pudieron cumplir con los pagos de su alquiler o buscaron rescindir sus contratos de arrendamiento.
Mali Goicochea, cofundadora de Comunal, espacio de coworking que opera inmuebles en su natal Perú y en CdMx, asegura que estos espacios seguirán teniendo muchas ventajas frente al trabajo remoto como “el internet adecuado”, que las empresas pueden tener a sus colaboradores en distintos puntos de la ciudad y que no tienen que hacerse de una oficina corporativa y así tener una buena continuidad del negocio.
La firma asegura no haber tenido gran impacto durante la contingencia gracias a que ha dado acompañamiento a todos sus clientes, conscientes del valor que tienen este tipo de instalaciones para pequeñas empresas, startups y trabajadores independientes.
Goicochea explicó que parte de los protocolos de sanidad que han implementado en sus instalaciones es desinfectar todos los días los espacios de trabajo y cada fin de semana realizar una limpieza más profunda. La intención, dice, es darle certeza a sus clientes, ya que las instalaciones de un cowork “no es solo un lugar para sentarse y trabajar, se trata de un espacio en donde las empresas van a conectarse, colaborar, compartir conocimientos e innovar.
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“Hemos estado al pendiente de nuestros clientes, preguntando cómo les ha ido en esta contingencia y en términos de cobranza también nos ha ido bien porque los locales también los mantenemos abiertos y con las restricciones necesarias, señales de distanciamiento y todas las medidas de precaución, lo que nos ha ayudado para dar continuidad y no hemos tenido ninguna baja de ningún cliente”, dijo.
Aunque Comunal no ha tenido gran impacto en sus operaciones actuales, sí dejará para más adelante los planes de expansión que tenía en México, esperando ver la reactivación y siendo cautos ante la coyuntura.
“Llegamos a México porque teníamos muchos clientes con operaciones en el país, lo que nos ha ayudado al posicionamiento. Ciudad de México es muy grande y tenemos una ubicación así que felizmente hemos podido captar un buen número de compañías con una atención personalizada y nos adaptamos bien a lo que necesitan”, dijo.
lvm