Google, del grupo Alphabet, rechazó la propuesta de los operadores de telecomunicaciones europeos de que las grandes empresas tecnológicas ayuden a financiar los costos de la red, afirmando que se trata de una idea de hace 10 años que es perjudicial para los consumidores y que la empresa ya está invirtiendo millones en infraestructuras de internet.
Las declaraciones de Matt Brittin, presidente de negocios y operaciones de Google en EMEA, se producen cuando la Comisión Europea ha dicho que en los próximos meses solicitará la opinión de los sectores de las telecomunicaciones y la tecnología sobre esta cuestión antes de hacer cualquier propuesta legislativa.
Deutsche Telekom, Orange, Telefónica y otros grandes operadores llevan mucho tiempo quejándose de que sus rivales tecnológicos se aprovechen de sus redes, alegando que utilizan una gran parte del tráfico de internet y deberían contribuir económicamente.
La idea, planteada hace más de 10 años, podría alterar la neutralidad de la red europea o el acceso abierto a internet, según Brittin.
"Introducir el principio de 'el remitente paga' no es una idea nueva, y daría al traste con muchos de los principios del internet abierto", dijo según el texto de un discurso que se pronunciará en una conferencia organizada por el grupo de presión de las telecomunicaciones ETNO.
"Estos argumentos son similares a los que escuchamos hace 10 o más años y no hemos visto nuevos datos que cambien la situación".
Podría "tener un impacto negativo en los consumidores, especialmente en un momento de aumento de precios", dijo Brittin, citando un informe del grupo paneuropeo de consumidores BEUC en el que se exponen estas preocupaciones.
Dijo que Google, propietaria de YouTube, ha puesto de su parte para hacer más eficiente a los proveedores de telecomunicaciones llevando el tráfico al 99 por ciento del camino e invirtiendo millones de euros para ello.
"En 2021, invertimos más de 23 mil millones de euros en gastos de capital, gran parte de los cuales son infraestructuras", dijo Brittin.
Estas incluyen seis grandes centros de datos en Europa, 20 cables submarinos a nivel mundial, con cinco en Europa, y cachés para almacenar contenidos digitales dentro de las redes locales en 20 lugares de Europa.
srgs