El resultado de julio de los indicadores manufacturero y no manufacturero parece sugerir que la economía ya tocó fondo en algún momento del segundo trimestre de 2020, ante las medidas para combatir la pandemia del coronavirus, y que desde entonces comenzó la recuperación; sin embargo, esta corrección se percibe frágil e incierta y, en el mejor de los casos, lenta y prolongada, advirtió el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
De acuerdo con el IMEF, el indicador manufacturero aumentó en julio 5 puntos para ubicarse en 48.1 unidades, con lo que permaneció en zona de contracción (por debajo de 50 puntos) por catorceavo mes consecutivo. Su serie tendencia-ciclo aumentó 0.5 puntos para cerrar en 44.2 unidades y continuar en zona de contracción, también por catorce meses consecutivos.
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Por su parte, el indicador ajustado por tamaño de empresa aumentó 5.7 puntos, ubicándose en 53.1 unidades y, con ello, pasó a zona de expansión luego de haberse ubicado en zona de contracción por once meses seguidos. Este indicador se recuperó del mínimo histórico de 39.4 puntos registrado en mayo pasado.
En tanto, el indicador no manufacturero registró en julio un aumento de 4 puntos para cerrar en 47 unidades y ubicarse en zona de contracción por sexto mes consecutivo. La serie tendencia-ciclo de ese indicador aumentó 0.8 para quedar en 43.9 unidades y, así, permanecer en zona de contracción por quince meses seguidos.
Por su parte, el indicador ajustado por tamaño de empresa aumentó 1.9 unidades para ubicarse en 46.1 unidades, con lo que permaneció en la zona de contracción por octavo mes consecutivo.
Con base en estos resultados, el IMEF explicó que la corrección parece haber comenzado en las exportaciones, pero falta que esta se refleje en el consumo y, sobre todo, la inversión; además, el indicador ajustado por tamaño de empresa sugiere que en el sector manufacturero la actividad económica de las empresas de mayor tamaño ya se encuentra en expansión mientras que en el sector servicios ésta todavía sigue en contracción.
Añadió que luego de experimentar la mayor caída de la producción en la historia reciente del país, algunos indicadores sugieren que la economía mexicana ya tocó fondo y comienza un largo y complicado proceso de recuperación, en el que persisten riesgos sustanciales y sobre el cual prevalece una elevada incertidumbre.
La institución abundó que es de esperar que los indicadores de los meses de junio y julio comiencen a mostrar mejoría conforme se avance en el proceso de reapertura de la economía, pero la incertidumbre respecto a la fortaleza y velocidad de la reactivación es muy alta, ya que persisten riesgos sustanciales, comenzando por el proceso mismo de contagio del covid- 19, que no ha logrado contenerse cabalmente.
GGA