Ante el aumento en la inseguridad, el Consejo Nacional de la Industria del Blindaje (CNIB) estima un crecimiento de entre 15 y 20 por ciento en su producción de blindaje corporal; además, ha visto un alza en la búsqueda y fabricación de ropa casual con protección.
“México es un país muy importante en Latinoamérica en el tema de materiales balísticos y blindaje corporal. Hay excelentes compañías con buenas certificaciones y productos de excelente calidad”, señaló en entrevista John Valbuena, presidente de la comisión de Blindaje Corporal del organismo.
Las prendas de protección se fabrican con fibras largas del polímero poliparafenileno tereftalamida (poliamida sintetizada), fabricada por primera vez en 1965 y patentado posteriormente por la firma estadunidense Dupont bajo el nombre Kevlar.
“Tenemos productos mucho más económicos que Estados Unidos, son también de excelente calidad, cuentan con la certificación y son más accesibles. Eso nos da un plus muy importante frente a Latinoamérica”, dijo Valbuena, también representante de la compañía Armor Life Lab.
La configuración de los artículos de seguridad depende del calibre y tipo de actividad a realizar; así, las protecciones pueden pesar de 3.5 a 2.6 kilogramos, aunque ahora hay nuevos desarrollos con innovaciones para tener prendas comunes con protección.
“Hoy la anatomía de la fibra nos permite hacer todo tipo de productos, desde una camisa, un saco, una chamarra, hasta una playera. Cada vez los materiales son más flexibles, livianos y tienen más capacidad de detención. Podemos hacer una playera blindada de cuello redondo que detenga todo tipo de revólveres y pistolas. Son de los productos que más nos piden”, indicó Ricardo Caballero, de Seguicol y presidente de la Comisión de Normas y Certificaciones del CNIB.
El directivo señaló que aunque la compañía de origen colombiano se dedica a fabricar productos para personal de seguridad, en los últimos dos años ha tenido un aumento importante en la búsqueda de ropa casual, cuya protección puede pesar de 1.2 a 1.5 kilogramos.
“El incremento de la inseguridad en el último año ha sido muy alto y esa inseguridad no va dirigida exclusivamente a personal de seguridad, sino a gente común y corriente. Hoy en día vienen con nosotros personas sin ningún tipo de capacidad de seguridad, sino que necesitan movilidad y corren riesgos en un atraco en su coche o en cualquier sitio”, afirmó Caballero.
“Esa es la tendencia y en eso trabajamos. Hace mucho tiempo una prenda blindada era algo muy pesado y hasta incómodo. La tendencia es, desde nuestra parte, que son los textiles, productos más flexibles, buscando las mejores materias primas”, dijo por su parte Álvaro Fuentes, de la compañía Carolina Ballistic y presidente de la comisión de Fabricantes y Comercializadores de Materiales Balísticos del CNIB.
MCM