Aunque en el segundo trimestre de 2022 los servicios de transporte siguieron su recuperación, ésta se vio limitada por la inflación, el continuo efecto negativo de la pandemia y por la inseguridad que se vive en el país, informó el Banco de México (Banxico).
De acuerdo con el “Reporte sobre las Economías Regionales, abril-junio 2022”, los directivos de empresas de servicios de transporte consultados por el Banxico destacaron el aumento de la actividad en los rubros de fletes y almacenes gracias a que se ha avanzado en la normalización de la producción en las plantas automotrices.
No obstante, señalaron que los aumentos en el costo del combustible, llantas y refacciones, así como la escasez de diésel, ocasionaron que se cancelaran de forma temporal algunas rutas hacia Estados Unidos y que se presentaran retrasos en las entregas.
En la región centro-norte del país, los directivos reportaron una evolución favorable en el transporte de acero y cemento desde el puerto de Lázaro Cárdenas hacia el centro, y un incremento en la importación de trigo para fortalecer los inventarios de la industria alimentaria, pero indicaron que disminuyeron las importaciones de bienes e insumos provenientes de Asia ante un repunte de casos de covid-19 en China, lo que generó el cierre de algunos puertos de ese país.
En el centro de México, el sector se benefició de un aumento en el almacenamiento de inventarios de las empresas en la industria textil y en los traslados de vehículos, productos agrícolas y farmacéuticos, así como en las importaciones de bienes, como prendas de vestir y electrodomésticos.
Sin embargo, las empresas de transporte registraron un alza de contagios de covid-19 entre su personal, lo cual afectó su operación. Además se observaron incrementos significativos en el precio de sus insumos y escasez de cartón, utilizado para el empaquetado.
En el sur del país, los directivos señalaron que los fletes marítimos superaron sus niveles de actividad previos a la pandemia, por el traslado de granos y azúcar. También registraron un crecimiento en el transporte terrestre de materiales para la construcción del Tren Maya, pero mencionaron que sus actividades fueron afectadas por un alza en los costos del combustible y las refacciones, la escasez de algunos insumos para sus clientes, que asociaron a la disrupción de las cadenas productivas, y la inseguridad, en particular por el cobro de derecho de piso.
En este contexto, los directivos de las cuatro regiones del país advirtieron que los principales riesgos para las actividad económica regional se relacionan con la posibilidad de que se deterioren los indicadores de seguridad pública, que persista la alta inflación y que continúen los bajos niveles de inversión tanto pública como privada.
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