Conflicto en Ucrania dispara inflación en España a 9.8%, el nivel más alto desde 1985

En tasa mensual (marzo sobre febrero), la inflación sube 3 por ciento, su mayor alza mensual desde 2002, con el impacto de la guerra de Ucrania como telón de fondo.

Mientras la inflación en la zona euro se acelera, el Banco Central Europeo insiste que es temporal. Foto: (Reuters)
José Antonio López
Madrid /

La guerra en Ucrania mostró ya sus primeras consecuencias en la economía española. La inflación lleva desde hace meses en tasas que no se veían desde hacía décadas, pero el dato adelantado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), referente al mes de marzo, marcó un nuevo récord, cifras que no se veían desde hace 37 años.

El Índice de Precios de Consumo (IPC) sigue escalando más de dos puntos hasta 9.8 por ciento, lo que supone la tasa más alta desde mayo de 1985. Lo que más subió de precio respecto a hace un año es la luz y los carburantes, pero no son los únicos elementos que están desbocados.

Toda la cesta de la compra sube de precio respecto a marzo de hace un año, pero también en comparación con el pasado mes de febrero, cuando ya de por sí se llegaron a niveles que no se veían desde hacía 36 años.

En tasa mensual (marzo sobre febrero), la inflación sube 3 por ciento, su mayor alza mensual desde 2002, con el impacto de la guerra de Ucrania como telón de fondo, que ha conllevado la subida de los precios energéticos y de muchos otros productos por la falta de materias primas.

Desde el Ministerio de Asuntos Económicos señalaron que 73 por ciento del incremento se debe al impacto de la invasión rusa sobre los precios de la energía y los alimentos no elaborados.

Por ello, consideraron urgente desplegar el Plan de choque por la guerra de Ucrania aprobado ayer en Consejo de Ministros que consiste en 6 mil millones de euros en ayudas directas y rebajas de impuestos, y otros 10 mil millones en créditos Instituto de Crédito al Consumo (ICO). El objetivo es poder revertir esta tendencia alcista, frenar el aumento de costes a empresas y familias e iniciar a corto plazo la reducción de la inflación hasta niveles más moderados.

Incluso el propio presidente del gobierno, Pedro Sánchez, reconoció en su intervención en el Pleno del Congreso que la tasa de inflación del 9.8 por ciento es “un mal dato”, pero confió en que las medidas adoptadas permitan estabilizar su evolución.

No obstante, se mostró convencido de que el plan de choque y el acuerdo en la Unión Europea para poner un precio de referencia del gas va a permitir “doblegar la curva y estabilizar la evolución del coste de la vida”.

Además, la tasa de inflación subyacente (que no incluye la energía) subió cuatro décimas hasta situarse en 3.4 por ciento, la más alta desde septiembre de 2008 pese a estar seis puntos por debajo del IPC general.


MRA

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