Inflación en México también obedece a fenómenos "idiosincráticos": Jonathan Heath

Gran parte de la inflación en México obedece a choques internos, como fenómenos climatológicos y la toma de vías férreas, señaló el subgobernador del Banxico.

Jonathan Heath, subgobernador del Blanco de México (Banxico). (Miguel Romero)
Silvia Rodríguez
Ciudad de México /

Aunque buena parte de la inflación que se está viviendo en México es "importada", también obedece a choques internos, como algunos fenómenos “idiosincráticos”, tales como fenómenos climatológicos, así como por la toma de vías férreas; ante este panorama, lo que se observa es un proceso inflacionario generalizado, señaló Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (Banxico).

Durante su participación en Norte Económico, espacio de Grupo Financiero Banorte, refirió que los fenómenos que hemos importado y que han afectado a la inflación nacional se relacionan con la disrupción de cadenas de cadenas de producción, incrementos en los fletes marítimos y en los precios de los alimentos, y con fenómenos de oferta que vienen del exterior.

“Sin embargo, no solamente podemos decir que vienen del exterior, también tenemos nuestros propios choques, algunos muy similares, pues también se han interrumpido nuestras cadenas de producción, aquí mismo dentro del país, y también hemos tenido algunos choques idiosincráticos, por decirlo así, adicionales que han afectado en algunas regiones del país, problemas climatológicos nos ha afectado bastante”, señaló el subgobernador del Banxico.

Además, “la toma de las vías ferroviarias que ha causado que (los trenes) no puedan llegar a los puertos, especialmente en Michoacán, hay una gran cantidad de insumos que están viajando y que están totalmente parados, ha habido una gran gran cantidad de choques de oferta y también de demanda, pero que son también muy locales, es una combinación de muchas cosas”, dijo.

Heath explicó que normalmente cuando tenemos un choque de oferta que afecta a precios básicos, lo que se tiene que hacer es asegurarse que no se empiece a generalizar, que no haya efectos secundarios y que otros precios empiecen a aumentar a raíz de estos precios, “eso es quizá una de las partes que más nos está preocupando”.

Aumento generalizado de precios

Abundó en que si se analiza la inflación subyacente (la que excluye precios de bienes y servicios más volátiles, como agropecuarios y energéticos), se puede llegar a la conclusión de que son aumentos generalizados, ya que el índice de mercancías alimenticias está aumentando cerca de 7 por ciento y el índice de mercancías no alimenticias también está subiendo por arriba de 5 por ciento, con una clara tendencia al alza.

Además, agregó el miembro de la Junta de Gobierno del Banxico, si bien los servicios están apenas en 3.4 por ciento, realmente hay que desmenuzarlos porque si quitamos los servicios de vivienda y de educación, los otros servicios están creciendo a un ritmo de 5 por ciento, lo que muestra que prácticamente todos los rubros principales de la subyacente están en 5 por ciento.

“Más aparte, si analizamos a nivel de genéricos, los cuáles tienen aumentos de 4 o 5 por ciento o más, es un porcentaje mayoritario; en otras palabras, son muchos los precios de los genéricos que están subiendo, no son unos cuantos; entonces, ya tenemos un fenómeno generalizado de aumento de precios y eso es más difícil para combatir”, aseveró.

El subgobernador abundó en que también tenemos una tendencia de la inflación tanto de la subyacente, como de general, todavía el alza que no va a llegar a su pico sino hasta finales de este año o principios del año entrante, quizá la subyacente llegue a su pico entre febrero o marzo del año entrante.

Política monetaria opera con rezagos

Ante el cuestionamiento de mucha gente acerca de que si el Banxico ha aumentado la tasa de interés de referencia tres veces, por qué la inflación sigue aumentando, aclaró que esto es porque la política monetaria opera con rezagos.

“No es una cosa mágica de qué subimos en la tasa e inmediatamente la inflación empieza a ceder, ¡no!, tiene un rezago mínimo de unos seis meses antes de que empiece realmente a empezar a surtir efecto”, dijo Jonathan Heath.

Agregó que mucho de su efecto no se termina de sentir hasta un año y medio o dos años después, “si ahorita estamos ya ahorita subiendo tasas, ojalá que empiece a surtir efecto dentro de unos seis meses, que es cuando llegue a la inflación a su pico, ya debería de estar una política monetaria en marcha que ayuda precisamente a que la inflación ya empiece finalmente a disminuir, a converger a partir de ese momento, y ojalá esto pueda acercarse a nuestra meta de 3 por ciento hasta finales de 2022”, apuntó.

​AMP

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