En la primera quincena de noviembre de 2022, la inflación general registró una tasa anual de 8.14 por ciento, con lo que suma cinco quincenas con moderaciones, pero la inflación subyacente (la que excluye bienes y servicios más volátiles, como agropecuarios y energéticos) registró una tasa anual de 8.66 por ciento, la más alta desde agosto de 2000.
Ante este escenario, analistas del mercado coincidieron en que la inflación subyacente presentará un descenso hasta 2023.
“Posiblemente, la inflación subyacente siga subiendo en lo que queda de este cuarto trimestre (de 2022) y posiblemente en 2023 ya empiece a ceder poco a poco, porque también va a ayudar un efecto aritmético, porque tenemos una base de comparación muy alta en 2022”, dijo a MILENIO el economista en jefe de Grupo Financiero Ve por Más, Alejandro Saldaña.
“Algo que pudiera ayudar a que la inflación baje es que parece que el consumo, sobre todo en bienes, ha estado empezando a desacelerarse.
"Los últimos datos de ventas al menudeo parecen mostrar que el consumo empieza a enfriarse y esto puede hacer que la inflación subyacente empiece a perder un poco de fuerza, también la caída en el precio de algunas materias primas puede ayudar a que se empiece a trasladar a la inflación subyacente y que empiece a moderarse”, añadió.
En este sentido, la directora de análisis económico-financiero de Banco BASE, Gabriela Siller, indicó que la inflación subyacente subió por doce quincenas consecutivas; sin embargo, en las últimas dos quincenas se ha observado una moderación de las presiones al alza, en particular para el componente de mercancías.
Precisó que las mercancías mostraron una inflación quincenal de 0.35 por ciento en la primera mitad de noviembre, ubicándose por debajo del promedio observado en el año hasta la primera mitad de octubre de 0.48 por ciento quincenal.
La directiva de Banco BASE abundó en que ésta es la segunda quincena consecutiva que se observan menores presiones al alza para las mercancías, cuyo incremento en la segunda mitad de octubre fue de 0.29 por ciento.
Al interior del componente de mercancías, las alimenticias subieron 0.35 por ciento quincenal por segunda ocasión consecutiva, por debajo del incremento promedio de 0.59 por ciento hasta la primera mitad de octubre.
El componente de mercancías no alimenticias también subió 0.35 por ciento, similar al promedio en el año hasta la primera quincena de octubre (0.34 por ciento), “el componente de mercancías (general) es de gran importancia, pues tiene una ponderación de 39.22 por ciento sobre la inflación general”, dijo.
Siller destacó que al interior del componente de mercancías, hubo disminuciones quincenales de varias mercancías alimenticias: leche de soya, alimento para bebé, queso chihuahua, pan de caja, vino de mesa, pastelillos y pasteles a granel, mientras que las harinas de trigo se mantuvieron sin cambio durante la quincena.
No obstante, otros productos alimenticios clave siguieron subiendo de precio, pero a un menor ritmo: maíz, masa y harinas de maíz, y la tortilla de maíz. Algunos productos continuaron mostrando presiones quincenales, como artículos de maquillaje, cremas para piel, plantas y flores.
Además, dentro de la inflación subyacente siguen observándose presiones al alza dentro del componente de servicios, como las tarifas de transporte aéreo, servicios profesionales, servicios turísticos de paquete y lavado y engrasado de automóvil.
“El crecimiento en precios del componente de servicios podría acelerarse, particularmente en la primera quincena de diciembre, ante una mayor demanda por las festividades decembrinas, algo que normalmente ocurre de forma estacional, para moderarse hacia la última quincena del año”, apuntó Banco BASE.
JLMR