Los ingresos públicos en el acumulado de enero a mayo reflejan debilidad, impactados en gran medida por los ingresos petroleros, mientras que los tributarios, si bien al inicio de año estuvieron bastante sólidos, en mayo ya reflejan los efectos de la pandemia del coronavirus indicó México Evalúa.
La coordinadora del Programa del Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, Mariana Campos, explicó que en los meses de abril y mayo donde se aplicaron las medidas de confinamiento por la pandemia del coronavirus que limitaron las actividades económicas, se observó un impacto con mayor relevancia en los ingresos tributarios y, dado que son los más importantes, son los que tienen mayor efecto en el total.
- Te recomendamos Es momento de planear la consolidación fiscal pese a coronavirus: Arturo Herrera Negocios
En videoconferencia, añadió que los ingresos petroleros tuvieron un pequeño repunte en mayo, gracias al aumento en los precios internacionales del crudo, tras el dramático mes de abril en el que incluso se observaron precios negativos en los contratos de futuros.
La coordinadora de México Evalúa destacó que, al observar la evolución de los ingresos con relación a lo aprobado en la Ley de Ingresos, los más rezagados son los ingresos petroleros, con 54 por ciento, mientras que los ingresos tributarios van 1.7 por ciento abajo de lo que se había presupuestado, en el acumulado.
Señaló que, al observar el monto en pesos, el rezago se traduce en un faltante acumulado de 120 mil millones de pesos y al desagregarlo, el boquete fiscal suma 222 mil millones de pesos.
Mariana Campos indicó que esto es importante porque con los ingresos no tributarios y no petroleros se puede compensar la pérdida tan grande que vienen de recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) y de la medida que se anunció sobre la extinción de fideicomisos federales para obtener recursos que compensen pérdidas fiscales.
lvm