Ingvar Kamprad, fundador de la cadena sueca Ikea, falleció ayer tras una corta enfermedad. Nació en 1926 en una familia de granjeros de Smaland, provincia del sur de Suecia, y pasó de vender fósforos a crear la mayor cadena de muebles del mundo.
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Kamprad mostró desde pequeño habilidad para los negocios. Comenzó a los cinco años vendiendo fósforos y en 1943, con apenas 17 años, abrió en su localidad natal la primera tienda de Ikea, el embrión de lo que sería su imperio.
En 1956 alcanzó la fortuna cuando, al ver que un empleado le quitaba las patas a una mesa para introducirla en el coche de un cliente, descubrió que ahorrar espacio significaba ahorrar dinero y comenzó a trabajar el concepto del mueble para armar, que fuera más fácil y barato de almacenar y transportar, convirtiéndose en pionero de los muebles en paquetes planos.
En la década de 1960 comenzó una expansión internacional desenfrenada, convencido de que la fórmula de unos precios bajos, reducción de costos, estandarización, autofinanciamiento y diseño escandinavo podía funcionar en todas partes.
A partir de 1970 conquistó países como Suiza, Australia, Canadá, Francia, Estados Unidos y Rusia, sumando hasta hoy más de 400 tiendas en todos los continentes (aunque en América Latina sólo está presente en República Dominicana).
A pesar de ser unos de las 500 personas más ricas del mundo según la revista Forbes, Kamprad era conocido por vivir con sobriedad, vestir con ropa de segunda mano, viajar en clase turista y huir de los medios que se burlaban de su viejo Volvo y de sus tarjetas de fidelidad de los supermercados.
Este titán se preciaba de consumir el 1 por ciento de toda la madera que se comercializa cada año en el mundo y de ser, con su catálogo, el autor de la publicación con mayor tiraje, desde hace algún tiempo más que la biblia, con más de 200 millones de unidades al año.
Tras una vida dedicada a su empresa, Kamprad renunció en 2013 a su puesto en la dirección de Ikea, quedando tan sólo con el cargo de asesor. Casado en dos ocasiones y ya viudo, Kamprad deja tres hijos de su segundo matrimonio: Peter Arras Feodor, Hans Jonas Ingvar y Niclas Achim Mathias.
Opacidad empresarial y pasado nazi
Kamprad, quien de acuerdo con Forbes era las tercera persona más rica de Europa, con un patrimonio de 39 mil 554 millones de euros en 2017, no fue ajeno a las críticas por sus estrategias para pagar menos impuestos y la opacidad de su conglomerado empresarial.
Su búsqueda constante del ahorro le procuró críticas en su país natal, de donde Kamprad emigró a Suiza en 1973 (y hasta 2014) para evitar las elevadas cargas fiscales propias de los países nórdicos.
De forma similar, su cadena de muebles y decoración ha sido objeto de críticas de activistas e inversionistas por estar controlada a través de fundaciones con sede en países con regímenes fiscales mucho más bajos que el sueco, como Holanda, Luxemburgo y Liechtenstein.
La Comisión Europea abrió en diciembre de 2017 una investigación por posibles ventajas fiscales indebidas acordadas por Holanda al grupo.
Aunado a esto, en 1994 un medio reveló los vínculos de Kamprad en su juventud con un grupo nazi de Suecia durante y después de la Segunda Guerra Mundial. En una carta a sus colaboradores, Kamprad admitió que había sido "el mayor error de su vida".
En su último ejercicio fiscal, del 1 de septiembre de 2016 al 31 de agosto de 2017, el grupo Ikea facturó 36 mil 300 millones de euros y obtuvo un beneficio neto de 2 mil 500 millones de euros.
Con información de AFP, EFE y Reuters
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