Debido a la gran problemática de basura de plásticos que existe a nivel mundial, y que constituye una de las principales fuentes de contaminación de ríos, mares y océanos, la startup regiomontana Geco Technologies desarrolló tecnología que hace posible que se fabriquen bioplásticos con base a la cáscara de naranja.
Lamentablemente, hay una acumulación de basura de plásticos equivalente a una isla cuya dimensión es tres veces el tamaño de España y Portugal juntos, y el problema escala a que los animales marinos ya se alimentan con plásticos y eso mismo los seres humanos consumen.
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Giselle Mendoza Rocha, CEO y fundadora de Geco Technologies, relató que, con toda esta problemática, emprendieron esta innovación con base a cáscaras de naranja para producir bioplástico, material que se descompone en 90 días.
Frente a la situación actual que pasa con el plástico que contaminan el mar, los ríos y tardan en descomponerse hasta mil años. La emprendedora dijo que las naranjas fueron su elección, debido a su gran contenido de celulosa —membrana celular de vegetales y hongos— y por sus propiedades nutricionales y medicinales.
A través de la startup Geco fundada por Giselle en 2018, aún se realizan más investigaciones para poder comercializarla y poder llevar este material biodegradable a otras industrias, como la textil, alimentos, envases y embalaje, farmacéutica, entre otras, dado que su uso es diverso.
De acuerdo con la joven emprendedora, México es el quinto productor de naranjas en el mundo, solo una empresa juguera llega a registrar 500 toneladas de desechos al día y en este momento no se le está dando ningún solo tratamiento, solo como alimento para ganado, e incluso algunas empresas pagan para deshacerse de estos desechos (materia prima), de ahí que este desecho pueda aprovecharse como materia prima orgánica, ya que ofrece mejores condiciones biodegradables, al tener un menor impacto ambiental.
Por su parte, María Teresa García Villalpando, socia y encargada del área de innovación, mencionó que las pruebas que realizan se centran en crear un plástico que pueda ser flexible que no necesite una rigidez como el tubo de PVC, sino que sea un plástico de un solo uso.
“Nosotros nos definimos como una empresa de soluciones en tecnología y en el aprovechamiento de los desechos para darles una segunda vuelta que ayude a sustituir otros productos y así ser parte de la economía circular. Iniciamos como idea en el 2015, ahorita ya estamos con algunas líneas de negocio para la venta de este bioplástico. Estamos a punto de levantar una ronda de inversión para pasar a un nivel industrial”, comentó Mendoza Rocha, CEO y socia fundadora de Geco Technologies.
Añadió que tiene diversas aplicaciones en la industria de envasado y embalaje, es una infinidad, pero nos estamos dirigiendo a dar alternativas de solución a los plásticos.
“Nos han buscado de varios lados, e incluso de la industria textil que puede ser una solución de sustitución del poliéster por una alternativa más sustentable como es el bioplástico”.
La economista de profesión comentó que la industria de los plásticos lleva casi 100 años, mientras que los bioplásticos llevan apenas unos 20 años donde hay desarrollos en Europa y Estados Unidos, principalmente.
Pero ya hay una escasez a nivel mundial de estos materiales (resinas o materiales para hacer el plástico), así que todo el mercado está ávido de encontrar nuevas alternativas biodegradables.
La meta en el mediano plazo es construir una planta para producir bioplástico con base a cáscara de naranja. Adelantó que tienen en puerta cerrar una ronda de inversión que les permita concluir el desarrollo y ver hacia un escalamiento industrial y salir al mercado con esta tecnología; también viene la innovación de una resina para bolsas plásticas que en marzo podrían ofrecer.