Inversiones por nearshoring estarían en riesgo si no hay infraestructura eléctrica: Rosario Marín

La ex tesorera de Estados Unidos indicó que México tiene la gran oportunidad de capitalizar este gran momento, pero necesita invertir en la red de suministro eléctrico, o se perderán estas nuevas inversiones.

El gobernador asistió al evento “Soluciones nearshoring por Scotiabank". Foto: Especial
Esther Herrera
Monterrey /

Si México no logra habilitar infraestructura, principalmente eléctrica, todas las inversiones producto del nearshoring se van a perder, aseveró Rosario Marín, ex tesorera de Estados Unidos, en el evento “Soluciones nearshoring por Scotiabank”, un foro en donde se exploraron perspectivas para aprovechar este fenómeno en México.

“El país (México) ha invertido poco en el sector eléctrico y necesita mejorar en la infraestructura. Por lo menos unos 40 mil millones de dólares se necesitan para los requerimientos de este momento y venideros, canalizados a generación de energía y expansión de la red de suministro de energía”.

Estimó que si se aprovecha la oportunidad el nearshoring podría impulsar un 3.0 por ciento el PIB de México.

Aseguró que la inversión anunciada por Tesla en Nuevo León traerá dinamismo a la economía regional.

Sin embargo, insistió en los desafíos que enfrenta México y que tienen que ver con la mano de obra calificada y problemas de infraestructura energética que bien podrían mermar las inversiones que estén arribando a esta región derivadas del nearshoring.

“Todo esto tiene que suceder más rápido porque también están los problemas del abasto suficiente de agua, la infraestructura carretera, estas son inversiones que se deben hacer para poder tomar esta oportunidad, si no hacemos eso vamos a empezar a tener problemas y todo ese potencial que trae el nearshoring no se logrará. Yo creo que México tiene todo para enfrentar estos retos”, subrayó la ex tesorera de Estados Unidos durante su ponencia.

Resaltó la importancia de continuar cooperando para potenciar el crecimiento de los negocios entre las tres naciones.

“El éxito del nearshoring representa una gran oportunidad para todo el país, cuyo impacto positivo se verá reflejado en efecto multiplicador en la derrama económica en la cadena de proveeduría de otros países”, añadió.

Consideró también que la función del gobierno no es generar empleo, sino las condiciones para que esos se generen.

“El gobierno tiene que trabajar para crear las condiciones que necesitan las empresas para crecer, y esto es posible a través de inversión en infraestructura”, agregó.

Mencionó que el nearshoring impulsará las exportaciones de manufactura a los Estados Unidos, las cuales representan actualmente alrededor del 40 por ciento de la economía de México.

El estimado de lo que podría dejar por sectores productivos, dijo, es que se componen de 94 mil millones de dólares de ganancias para la electrónica y la industria automotriz, en sectores que se han beneficiado en la primera ola del nearshoring.

Unos 22 mil millones de dólares serían en una segunda ola de crecimiento del nearshoring y estarían impulsados por hardware, tecnología y otros rubros vinculados a la industria 4.0.

Marín estimó que las nuevas inversiones por nearshoring podrán alcanzar hasta 46 mil millones de dólares en los próximos cinco años, lo cual ayudará a impulsar un crecimiento anual del PIB de México con el 3.0 por ciento desde un estimado de 1.9 por ciento en el 2022.

Destacó que este potencial del nearshoring traerá también a Estados Unidos y Canadá beneficios para sus economías.

Por su parte, Luis de la Calle, director general de De la Calle, Madrazo y Mancera S.C., quien también participó en el foro, coincidió con Marín al afirmar que el nearshoring traerá beneficios, pero estos dependerán de las condiciones que genere el gobierno federal en infraestructura y empleo.

“Además de logística necesitamos, como bien decía (Rosario Marín), una transformación en materia de energía. México es una potencia industrial y lo somos a pesar de que tenemos energía escasa y relativamente cara”, indicó el especialista.
“Si en México tuviéramos fuentes de energía diversificada, limpias y competitivas, en México tendríamos una gran industria no solo para exportar sino con valor agregado, e integrar cadenas productivas al interior. Si no somos eficientes en energías y no producimos el etileno no tendremos el suficiente plástico que se utiliza para hacer las computadoras, ni los televisores, menos aún los celulares”.

Puntualizó que mientras México no tenga buena logística y energía no se logrará integración en las cadenas productivas.

También consideró que el país requiere de una transformación en términos tecnológicos, eso implica la formación de capital humano y atracción de talento.

“El futuro del nearshoring está en México. La colaboración entre el sector público y privado es clave para aprovechar esta oportunidad en beneficio de los mexicanos”, dijo De la Calle.

En el mismo foro, Adrián Otero, EVP & Country Head Scotiabank México, destacó que en México se viven tres momentos (económicos).

El primero, la firma del T-MEC; el segundo, la reforma energética, y el tercero es el nearshoring.

“Este fenómeno (nearshoring) es, sin duda, la oportunidad del siglo para las empresas mexicanas, y las organizaciones que lleguen al país necesitarán de toda la ayuda local posible para sacar adelante sus operaciones.
“Es ahí en donde la banca mexicana entra en juego, puesto que con la ayuda entre compañías y nosotros será posible escalar su trabajo, y así lograr afianzar esta gran oportunidad para todos”, indicó Otero.

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