Xi Jinping, presidente de China, chocó con la realidad económica. Su ofensiva contra la empresa privada ha sido una pesada carga para la economía. El sector más vulnerable es el inmobiliario, sobre todo el de la vivienda. La nación disfrutó de un auge inmobiliario prolongado en las últimas dos décadas, pero esto ahora llega a su fin. Evergrande, la compañía de bienes raíces más grande, está sobreendeudada y corre el peligro de caer en incumplimiento de pagos. Esto puede provocar una crisis.
La causa subyacente es que la tasa de natalidad de China es mucho más baja de lo que indican las estadísticas. La cifra oficial reportada exagera la población en una cantidad significativa. Xi heredó estos factores demográficos, pero sus intentos por cambiarlos empeoraron las cosas.
Uno de los motivos por los que las familias de clase media no están dispuestas a tener más de un hijo es que quieren asegurarse de que sus hijos tengan un futuro brillante. Como resultado, una gran industria de tutoría creció, dominada por compañías chinas respaldadas por inversionistas estadunidenses. Esas empresas con fines de lucro fueron prohibidas recientemente de China y eso se convirtió en un elemento importante en la venta masiva de firmas chinas y compañías fantasmas que cotizan en Nueva York.
La ofensiva por parte del gobierno chino es real. Desapercibido para los mercados financieros, las autoridades de Pekín sigilosamente tomaron una participación y un lugar en el consejo de administración de ByteDance, el propietario de TikTok, en abril. La medida le da al país acceso de primera mano al funcionamiento interno de una compañía que tiene una de las riquezas más grandes de datos personales del mundo. El mercado está más que consciente de que el gobierno chino toma participaciones de influencia en Alibaba y sus filiales.
Xi no entiende cómo operan los mercados. Como consecuencia, se permitió que la venta masiva fuera demasiado lejos. Comenzó a perjudicar los objetivos de China en el mundo. Reconociendo esto, las autoridades financieras chinas se esforzaron para tranquilizar a los inversionistas extranjeros y los mercados respondieron con un poderoso repunte. Pero eso es un engaño. Xi considera a todas las compañías chinas como instrumentos de un Estado de partido único. Los inversionistas que compran en la tendencia alcista se enfrentarán a un rudo despertar. Eso incluye no solo a los que son conscientes de lo que están haciendo, sino también a un número mucho mayor de personas que tienen exposición a través de los fondos de pensiones y otros ahorros para la jubilación.
Las administradoras de fondos de pensiones asignan sus activos de manera que se ajustan estrechamente a los parámetros de referencia con los que se mide su desempeño. Casi todos toman en cuenta los estándares de factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) en sus decisiones de inversión.
El MSCI All Country World (ACWI) es el índice de referencia más seguido por los encargados de la asignación de activos de renta variable a escala mundial. Se estima que 5 billones de dólares se administran de forma pasiva, lo que significa que replica el índice. Un múltiplo de esta cantidad se gestiona de forma activa, pero también sigue de cerca el índice MSCI.
En el índice de líderes ACWI ESG de MSCI, Alibaba y Tencent son dos de los 10 principales constituyentes. En el fondo cotizado en bolsa de mercados emergentes ESG Aware de BlackRock, las empresas chinas representan un tercio de las inversiones totales. Estos índices obligaron a cientos de miles de millones de dólares que pertenecen a inversionistas estadunidenses a ingresar en firmas chinas cuyo gobierno corporativo no cumple con el estándar requerido: el poder y la responsabilidad ahora lo ejerce un hombre que no rinde cuentas a ninguna autoridad internacional.
El Congreso de Estados Unidos debe aprobar un proyecto de ley bipartidista que exija que los gestores de activos inviertan solamente en empresas donde las estructuras de gobierno reales sean transparentes y vayan en línea con las partes interesadas. Obvio, esta regla debe aplicarse a los indicadores de desempeño seleccionados por las pensiones y otras carteras de retiro.
Si el Congreso promulga estas medidas, le dará a la Comisión de Bolsa y Valores de EU (SEC, por su sigla en inglés) las herramientas para proteger a los inversionistas estadunidenses, incluidos a los que desconocen que poseen acciones chinas y en compañías fantasma chinas. Esto también servirá a los intereses de EU y de la comunidad internacional más amplia de democracias.
El presidente de la SEC, Gary Gensler, advirtió al público en repetidas ocasiones sobre los riesgos que asumen al invertir en China. Pero a los inversionistas extranjeros que deciden entrar a China les resulta muy difícil reconocer estos riesgos. Han visto a Pekín enfrentarse a muchas dificultades y siempre han salido airosos. Pero el país bajo el gobierno de Xi no es que conocen. Él pone en marcha una versión actualizada del partido de Mao Zedong. Ningún inversionista tiene experiencia en una China de ese tipo porque no había mercados de valores en la época de Mao. De ahí el rudo despertar que les espera.
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