El heredero multimillonario y vicepresidente de Samsung Electronics, Jay Y. Lee, regresará a prisión luego de que un tribunal surcoreano lo condenó a dos años y medio de cárcel, lo que podría retrasar la reestructuración de la propiedad del grupo tras la muerte del padre de Lee Kun-hee en octubre.
El fallo también refuerza un cambio importante en la percepción de Corea del Sur sobre los delitos cometidos por los propietarios de los poderosos conglomerados del país, o "chaebol", que lideraron el ascenso económico del país después de la guerra de Corea y han sido criticados en los últimos años por estrechas relaciones con los políticos.
Lee, el hombre de negocios más poderoso del país a los 52 años, había cumplido un año de prisión por sobornar a un socio del expresidente Park Geun-hye cuando un tribunal de apelaciones suspendió el encarcelamiento en 2018; un año después, el Tribunal Supremo ordenó que volvieran a juzgarlo. El tiempo pasado en la cárcel se tendrá en cuenta de cara a la nueva sentencia.
La sentencia actual del Tribunal Superior de Seúl puede ser apelada ante el Tribunal Supremo en un plazo de siete días, pero expertos legales dijeron que como el Tribunal Supremo ya ha dictado sentencia una vez, las posibilidades de que su interpretación legal cambie son escasas.
El tribunal de Seúl consideró a Lee culpable de soborno, malversación de fondos y ocultación de ingresos delictivos por valor de unos 8.600 millones de wones (7.8 millones de dólares), y dijo que la comisión independiente de cumplimiento que Samsung creó a principios del año pasado aún no ha entrado plenamente en vigor.
Lee será apartado por el momento de la toma de decisiones importantes en Samsung Electronics. Tampoco podrá supervisar directamente el proceso de transmisión de la herencia de su padre, crucial para mantener el control de Samsung.
MRA