Las tradicionales princesas de Disney con sus vestidos emperifollados y tiaras brillantes evolucionaron. Frozen, Una Aventura Congelada, la película animada de Disney de 2013, que Jennifer Lee escribió y codirigió, se llevó en taquilla casi 1,300 millones de dólares (mdd), ganó dos Oscar, y forjó una franquicia global.
La secuela presenta “Into the Unknown” (Hacia lo desconocido) como su melodía espectacular, junto a una dosis de ambientalismo para una audiencia familiarizada con Greta Thunberg. Lee, quien se convirtió en directora creativa de Walt Disney Animation Studios el año pasado, tiene esperanza de que su magia siga funcionando.
Es una película importante para Disney, que bajo la gestión de su presidente y director ejecutivo, Bob Iger, evolucionó de ser una marca regresiva a un imperio de entretenimiento innovador, que incluye Pixar, Marvel Entertainment, Lucasfilm y 21st Century Fox. Y ahora compite con Netflix y Apple TV, con su nuevo Disney+.
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El próximo año, Frozen 2 se proyectará exclusivamente en Disney Plus, junto con un documental de varios episodios sobre su creación. La compañía, que quiere longevidad para sus franquicias, tiene la esperanza de darle una nueva vida a la marca. La película original recorrió EU como espectáculo de Broadway y llegará a Londres el próximo año.
La primera película de Frozen, en la que la princesa Anna salva a su hermana, la reina Elsa, fue un giro moderno a la historia de La Reina de las Nieves de Hans Christian Andersen. Evitó las narrativas convencionales del amor romántico a favor de la devoción y la valentía.
Lee dijo a The Sunday Times: “Siempre digo con mucho orgullo que Frozen es la película que pasa el test de Bechdel, método que evalúa guiones, películas o series para evitar brechas de género, pero casi al revés; no hay una escena en la que un hombre no hable de una mujer”.
La historia contemporánea pegó con niños y niñas que disfrutaban las secuencias de acción y de los personajes valientes. No todos estaban contentos con la actualización. El psicólogo y crítico del feminismo, Jordan Peterson, calificó a la película como “propaganda censurable”.
Por supuesto, todos los cuentos de hadas se actualizan a medida que cambian las costumbres. Como escribió la crítica Marina Warner: “Desde la década de 1960, la crítica ha señalado las mentiras que se venden en historias como ‘La bella y la bestia’... y como resultado, las generaciones fueron criadas por abuelas y madres que conocieron a Betty Friedan y Naomi Wolf trajeron una nueva conciencia a la forma en que las historias clásicas son remodeladas en la pantalla”.
Lee sabe algo sobre identificarse con héroes animados. La mujer de 48 años creció en Rhode Island en “una calle pobre en una ciudad rica” donde fue atormentada por los bravucones en el patio de la escuela. La intimidación la dejó plagada de dudas en sí misma. “La gente habla de los peligros de los anteojos de color rosa”, dijo. “Pero déjame decirte que los lentes de la baja autoestima son mucho peores. Son malos, gruesos e injustos”.
Cuando estuvo en la Universidad de New Hampshire, su novio murió en un accidente. “La muerte exagera el significado de tu vida”, dijo. “Por un breve momento, sabes que no debes perder el tiempo con dudas”.
Se mudó a Nueva York para trabajar en una editorial de libros que, a través de la Universidad de Columbia, la condujo a la escritura de guiones. En 2011, llegó a Disney para trabajar en Ralph, el demoledor y Moana.
En 2018, cuando John Lasseter renunció a su cargo como director creativo de Pixar y Walt Disney Animation, ascendieron a Lee, mientras que Pete Docter asumió el puesto en Pixar.
Heredar un estudio que creó clásicos como Dumbo y Fantasía es una responsabilidad. Como dice Dergarabedian, “Hay un gran legado sobre sus hombros”.
Lee dijo que quiere una fuerza laboral diversa para encontrar nuevos talentos e idear historias innovadoras para el público moderno. Martha Lauzen, directora ejecutiva del Center for the Study of Women in Television and Film, dice que el “éxito de Lee ayudó a elevar el perfil de las mujeres en la animación”.
En 2018, 8% de los directores que trabajaban en las 250 películas más taquilleras en el mundo eran mujeres, de acuerdo con un estudio de Celluloid Ceiling.
Lee una vez escribió que la parte más difícil de ser directora no fue el legado de Disney o hacerse oír en una habitación llena de hombres. Más bien fue la alfombra roja. “No sabía que ser una talla dos bien podría ser un tamaño 92 para los diseñadores de élite; Nunca había deseado tanto ser un personaje animado”. Tal vez esta segunda vez esté preparada.