La ética es un principio básico para que la iniciativa privada ayude a alcanzar los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) 2030 fijados por la ONU. “Muchos piensan que la ética y la Responsabilidad Social (RS) se enfocan a cómo se gasta el dinero. No es así, es en cómo se hace el dinero donde la empresa debe incluir esos principios”, sostuvo en entrevista Gustavo Pérez Berlanga, director de Responsabilidad Social Empresarial de Restaurantes Toks.
“El tema del gobierno corporativo es muy robusto y se refiere, en la parte de ética, a tres aspectos: económico, social y ambiental. Se trata de hacer negocio de una manera responsable”, aseguró el directivo de la cadena de restaurantes adscrita a Pacto Mundial, un programa de la ONU para promover la RS. Juega un papel trascendental en la tarea de vincular a la iniciativa privada con los ODS 2030.
“Todo empieza con el gobierno corporativo. Ahí está la gente que tiene el poder de decisión y acción sobre las operaciones de la empresa”, destacó Pérez Berlanga.
Objetivos ligados
Sobre los ODS 2030, Pérez Berlanga apuntó que “son un reto, son temas mundiales que afectan al planeta y no son aislados. El segundo objetivo, que es Hambre Cero, va ligado al primero, que es erradicar la pobreza, que a su vez se relaciona con el cuarto, enfocado a la educación, vinculado con el quinto, equidad de género... Para todos se necesitan alianzas, representadas por el ODS 17”.
“Hay gente que dice: para qué pone la ONU algo inalcanzable? Mi respuesta es que debe poner metas muy altas. Hay que esforzarse más para lograrlo, por lo menos las empresas que estamos comprometidas. En el caso de Toks, vamos a poner lo que sea necesario de nuestra parte para alcanzarlos”, afirmó.
Un ejemplo es la sinergia creada al tomar como base el objetivo de Hambre Cero. “Tenemos un programa de proyectos productivos en el que a la cadena de valor integramos productos elaborados por comunidades indígenas. La miel es de indígenas de Guerrero, el mole de las enchiladas es de los mazahuas, el chocolate es de los mixtecos. Esta iniciativa ya sacó de la pobreza y erradicó el hambre de más de 8 mil 500 personas en 52 comunidades. Es el programa más premiado de Toks”, destacó el directivo.
“Toks es un caso de éxito en la ONU. Por esta iniciativa ganamos el premio a la inversión social más responsable del mundo en 2012, y el proyecto nos hizo ser asesores de la ONU en temas de RS”, apuntó Pérez Berlanga.
Cómo favorece a Toks poner en marcha esas buenas prácticas. “Hay dos clases de beneficios: está el de corto plazo que es la rentabilidad y el de largo plazo que es el posicionamiento”.
Los retos
“Un reto es alinear a todos en un mismo objetivo. Otro es pasar del corto al largo plazo y uno más es responsabilidad social en sustentabilidad. No es una carrera de velocidad, es una carrera de resistencia. Cuando la gente empieza a pensar en el mediano y largo plazo asumiendo su trascendencia como personas y como empresas, buscando el bien común, todo se da, dijo Pérez Berlanga.
La ética empresarial resulta esencial para cumplir esos objetivos, pero también es necesario que los gobiernos colaboren debido a que “la corrupción es tan fuerte que si no hay un Estado de derecho donde la ley se cumpla y se haga cumplir, no hay forma de que los objetivos funcionen”, destacó el directivo de Toks. “Por más programas o por más planes que desarrolles, el Estado de derecho debe prevalecer para que funcionen. Se requieren dos cosas: instituciones sólidas y un sistema en que la iniciativa privada y la sociedad civil respeten el Estado de derecho”.
Prácticas reconocidas
El Centro Mexicano para la Filantropía reconoció a Nestlé por la implementación del Plan Nescafé, “un programa para el desarrollo integral de la cadena de valor en el que transferimos insumos, conocimiento y buenas prácticas a nuestros proveedores”, dijo Francis Pérez Arróniz, directora de Creación de Valor Compartido de esa empresa. “Les llevamos capacitación para que obtengan una producción responsable, lo que incluye, en la parte de ética, los derechos humanos y la erradicación del trabajo infantil, porque no puede haber niños en las parcelas”.
El proyecto logró mejores ingresos y competitividad para los campesinos. “Hicimos un estudio de campo con Tecnoser que comparó las parcelas en las que se implementó el Plan Nescafé con las que no habían obtenido ese beneficio y a dos años de otorgar el apoyo las primeras duplicaron su productividad. Entregamos casi 17 millones de plantas al cierre de 2015, lo que ha generado un valor económico de 180 millones de pesos en 2016”, destacó.
Respecto al trabajo infantil, señaló que “en México no tenemos casos concretos. La mayoría son personas mayores y cuando se trata de una finca se prohíbe que los niños puedan estar en la pisca”. Entre los proveedores de cacao en Costa de Marfil, “es mucho más evidente el problema, pues quienes cosechan son mujeres que no tienen dónde dejar a sus hijos”. Así que en alianza con organizaciones de la sociedad civil, establecieron escuelas en las fincas para que los niños estudien mientras sus mamás trabajan.
“La cadena de valor es demasiado extensa y los ojos de Nestlé no alcanzan a ver todo, pero siempre estaremos cerca de nuestros proveedores para indicar cuáles son las conductas que no son aprobadas”, concluyó.