El sonido de las maletas rodando por los pasillos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es algo cotidiano, pero estos días trae un eco distinto.
Obreros, empleados de seguridad y encargados de tiendas trabajan jornadas largas —de 10, 12 horas— mientras los andenes se transforman.
Las obras avanzan en las dos terminales con un objetivo claro: recibir, el próximo año, a miles de aficionados que llegarán para el Mundial de la FIFA 2026.
Será el torneo más grande de todos los tiempos: 48 selecciones, 104 partidos y tres países sede —México, Estados Unidos y Canadá unidos por el futbol y por una logística monumental.
El Estadio Banorte en Ciudad de México, antes conocido como Azteca, volverá a vivir una inauguración mundialista —la tercera en su historia—, y Guadalajara y Monterrey completarán el trío de ciudades mexicanas que hospedará encuentros de fase de grupos y eliminación directa.
Mientras los obreros apuntalan estructuras y las aerolíneas calculan flujos inéditos de pasajeros, las agencias de viajes ya huelen la oportunidad.
El Buen Fin se perfila como el punto de partida para quienes quieren congelar precios, apartar vuelos o asegurar un paquete mundialista. Porque si algo está claro es que esperar saldrá caro.
El Mundial que transformará el turismo
De acuerdo con la Federación Mexicana de Futbol (FMF), México albergará 13 partidos del torneo: diez en fase de grupos, dos de dieciseisavos y uno de octavos de final. Cuatro se jugarán en el estadio Akron de Guadalajara, cinco en Banorte de la Ciudad de México y cuatro en el BBVA de Monterrey.
El impacto económico que se ha proyectado es histórico: más de 24 mil empleos, directos e indirectos, y 3 mil millones de dólares (mdd) por ingresos turísticos, una cifra 235 por ciento superior a la derrama del Gran Premio de Fórmula 1 en un fin de semana.
Las autoridades estiman que 5.5 millones de visitantes recorrerán Norteamérica durante junio y julio de 2026. Las tres naciones anfitrionas se preparan para recibir una oleada de turistas, fanáticos y curiosos que llenarán estadios, hoteles y aeropuertos.
“Más allá de lo deportivo, el Mundial impulsa viajes, conecta culturas y mueve economías enteras. Cada partido es también una oportunidad para mostrar lo mejor que tiene cada ciudad sede”, explica Santiago Elijovich, vicepresidente y country manager de Despegar México.
La compañía estima que las búsquedas de vuelos hacia las ciudades sede mexicanas se han duplicado en el último año. “La anticipación es clave: quien planea con tiempo logra las mejores tarifas. Incentivamos esa planeación porque los precios se disparan conforme se acercan las fechas del torneo”, añade.
Y no exagera. Hoy, un vuelo redondo entre la Ciudad de México y Guadalajara cuesta entre mil 220 y 3 mil 400 pesos, pero si se busca para las fechas mundialistas, los precios oscilan entre 3 mil 300 y 6 mil 400 pesos. En rutas hacia Monterrey, Dallas o Houston, los aumentos ya alcanzan 80 por ciento en algunas aerolíneas.
La fiebre del viaje mundialista
En el universo de los viajes, el Mundial es un fenómeno aparte. Para algunos, es la peregrinación soñada: seguir a su selección por distintas ciudades, coleccionar boletos y fotos frente a estadios icónicos.
Para otros, es la excusa perfecta para cruzar la frontera y vivir un evento global desde las gradas.
Las opciones son tan diversas como los presupuestos. Las agencias y plataformas digitales ofrecen tres niveles de experiencia, según el estilo de viaje que cada viajero/aficionado quiera vivir y la dedicación que imprima en la planeación de su viaje.
1. Viaje económico DIY (hazlo tú mismo)
Esta es la opción para el viajero independiente: comprar el vuelo, elegir el hotel en buscadores online, conseguir las entradas en la venta general de FIFA y moverse en transporte público.
Con buena planeación, se puede vivir la experiencia desde 700 a mil 200 dólares por persona (una semana y un partido).
La clave está en anticipar: reservar hospedaje con cancelación gratuita y comparar vuelos antes del alza de precios. Las ciudades con menor demanda —entre ellas Kansas City o Filadelfia en Estados Unidos— ofrecen un mayor margen de ahorro.
2. Intermedio “Sigue a tu selección”
En este rubro entran agencias especializadas como Roadtrips, que permiten personalizar itinerarios: seis o siete noches en hotel cuatro estrellas, traslados, eventos para fans y asistencia en destino.
Los precios arrancan en 5 mil dólares y pueden llegar hasta 8 mil 500 dólares, dependiendo del equipo, el número de partidos y las ciudades visitadas.
Para los más patriotas, los paquetes Team México —que incluyen actividades con aficionados y rutas por varias sedes— rondan los 8 mil 545 dólares.
3. Experiencia VIP Hospitality oficial
La cima del lujo mundialista lleva el sello de MATCH Hospitality, socio exclusivo de la FIFA para la venta de paquetes premium.
Incluye asientos preferenciales, catering gourmet, acceso a lounges exclusivos y atención personalizada el día del partido.
Los precios, ya están disponibles en el sitio oficial de FIFA, van de 34 mil 700 a 129 mil 800 pesos por partido, dependiendo de la sede y la fase del torneo.
Son, por ahora, los únicos boletos disponibles, y garantizan ingreso sin los riesgos de la reventa.
el dato34 mil 700 pesos a 129 mil pesos
Por partido van los precios de la agencia de viajes que se asoció con la FIFA.
El Buen Fin como punto de partida
Aunque las entradas generales aún no están a la venta —el proceso comenzará en 2026—, El Buen Fin ofrece una ventana de oportunidad para quien quiera adelantarse.
Este noviembre, las agencias y aerolíneas lanzan promociones de preventa, meses sin intereses y descuentos anticipados en vuelos y hoteles.
Plataformas como Despegar, Bestday o PriceTravel ofrecen reservas early bird con cancelación flexible, ideales para quienes quieren asegurar un hospedaje sin comprometerse del todo.
Además, las agencias están comenzando a armar paquetes temáticos, que van desde tres días en una ciudad mexicana hasta recorridos multicountry entre Estados Unidos y Canadá.
Los precios base para viajes de tres días y cuatro noches —sin entrada al estadio— van de los 4 mil 959 a 11 mil 300 pesos por persona, dependiendo de la sede y la categoría del hotel.
“Para aquellos que planean viajar desde México, este Buen Fin es el momento ideal para cotizar. Las aerolíneas ofrecen descuentos y la posibilidad de congelar tarifas. Y aunque todavía no hay boletos disponibles, se pueden reservar vuelos o alojamiento para las fechas clave del torneo”, recomienda Elijovich.
Por ejemplo, para este año durante El Buen Fin, Aeroméxico lanzó promociones especiales en vuelos nacionales e internacionales, con paquetes que van desde los 2 mil 595 hasta 4 mil162 pesos en destinos cercanos. Así como paquetes fuera de México, con diversidad de precios.
Además se ofrecerá hasta 40 por ciento de descuento en boletos Aeroméxico Rewards.
Por su parte, Viva Aerobús reveló las promociones que destacan descuentos de 50 por ciento en viajes, vuelos a 10 pesos y decenas de ofertas en paquetes nacionales e internacionales.
Algunas personas esperan que vuelvan a ofertar sus viajes a 1 peso, —más Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA)—, que representa un descuento sorpresivo para miles de pasajeros.
El entusiasmo se extiende más allá de las fronteras mexicanas. En Estados Unidos, ciudades como Los Ángeles, Miami y Nueva York se preparan para recibir partidos de alto perfil y miles de visitantes internacionales. En Canadá, Toronto y Vancouver afinan detalles en estadios y aeropuertos.
Las agencias ya cotizan vuelos regionales para quienes planean seguir varios partidos en distintos países. Los precios base —según datos de Despegar— van de 10 mil 297 a 25 mil 441 pesos, con estancias de tres días y cuatro noches, dependiendo del destino y las escalas.
El reto será la logística. Coordinadores de viajes anticipan que los desplazamientos entre sedes serán el mayor gasto para quienes busquen itinerarios Follow My Team, ya que los vuelos domésticos y trenes entre ciudades podrían saturarse semanas antes del torneo.
Faltan solo siete meses para que el balón comience a rodar en el Estadio Banorte, pero la fiebre mundialista ya contagia al turismo.
Así que este Buen Fin, antes de pensar en pantallas o gadgets, vale la pena mirar al calendario, abrir el buscador de vuelos y preguntarse: ¿en qué ciudad quiero estar cuando suene el silbatazo inicial?
JLR