Arrasa pandemia con ferias patronales y festivales

Pérdidas millonarias. Más de 20 mdp son los que se dejaron de percibir solo en Tula; sin embargo, hay afectación en toda la región y poblaciones que celebran a sus santos patronos

Ferias patronales, festivales culturales, artísticos afectados por el covid-19. (Especial)
Francisco Villeda
Tula de Allende /

La pandemia no sólo ha dejado muertos y estragos en la salud de los pacientes recuperados, también ha impactado en el ámbito de la dinámica social de convivencia, entre ellas las ferias patronales, festivales culturales, artísticos y actividad turística en general.

En Tula de Allende la contingencia sanitaria inició el 21 de marzo cuando por indicaciones de la administración federal se cerró la Zona Arqueológica de Tula al público, en pleno Equinoccio, y ello trajo como consecuencia que en cascada los eventos, festejos patronales y otras actividades se suspendieran.

La primera de las grandes festividades afectadas en la región, fue la feria patronal de San José, en Tula de Allende, pues aunque ya se habían instalado los juegos mecánicos en el atrio de la catedral de San José para la feria parroquial, y en la plaza del Nacionalismo, para la feria municipal, la alcaldía de Tula, encabezada por Ismael Gadoth Tapia Benítez, informó que por disposición oficial, y para evitar contagios de SARS-CoV-2, se cancelaba la feria.

Comerciantes que se instalaron en dicha feria se mantuvieron algunos días, argumentando que debían recuperar una parte de la inversión ya aplicada hasta el momento; por unos días se mantuvieron en la plaza del Nacionalismo, pero luego, ante la falta de asistentes se retiraron.

Sobre las pérdidas económicas registradas para Tula durante la pandemia, la directora de Turismo en la alcaldía, Madga Olguín Rodríguez, dijo que son relevantes, pues el año pasado, en el periodo comprendido entre marzo y abril, en donde se celebra la feria patronal, el Festival Toltequinox, y Semana Santa, se registró una derrama económica acumulada de aproximadamente 20 millones de pesos, pero ahora sin embargo no se realizaron estas actividades por la declaratoria de emergencia sanitaria.

El alcalde de Tula, precisó que tan sólo la feria de San José generaba una derrama económica estimada de 10 millones de pesos, los cuales se perdieron este año a consecuencia de la pandemia que ha paralizado al mundo.

Otra de las festividades importantes canceladas en la zona fue la feria patronal de Atotonilco de Tula, en honor a Santiago Apóstol; el pasado 25 de julio en esa demarcación no hubo festejo como antaño, pues con 20 decesos registrados a la fecha y aproximadamente 70 casos confirmados del coronavirus, el poblado dejó atrás las celebraciones.

Semanas antes, el sacerdote Flavio Ramírez Benítez, junto con el comité de mayordomos de la feria patronal daba a conocer a través de redes sociales la noticia: este año no se celebraría la feria como tal, sólo se realizaría un novenario transmitido vía Facebook, y el 25 de julio un recorrido matutino y otro vespertino, del santo patrono por calles de todo el municipio.

Aquel 25 de julio por la madrugada vía redes sociales los feligreses seguían las tradicionales mañanitas, y escuchaban desde sus viviendas los cohetones. “Este año fue diferente, muy triste; antes había mucho movimiento en estos días, hoy está muy silencioso el pueblo, y sin feria, por el virus ese”, dijo Rufina López, una mujer de 60 años de edad, quien lamentó que no pudiera celebrarse la feria.

Sin embargo reconoció: “dicen que hay muchos muertos en Atotonilco y debe ser, porque en las transmisiones de las misas que hacen en la computadora piden por muchas personas que van falleciendo, entonces así nos enteramos quien se murió, y ya después preguntando nos confirman que es por la enfermedad esa que está ahorita”, señaló la mujer.


En vilo

Las festividades patrias podrían ser suspendidas en la región, debido al incremento de contagios en todos los municipios del área; inclusive las feria patronales de Tepeji del Río y de Tlahuelilpan, ambas el 4 de octubre, en honor a San Francisco de Asís, podrían cancelarse totalmente por la contingencia y remitirse a conmemoraciones simbólicas como la realizada en la parroquia de Atotonilco de Tula.

De ser así, serían cuatro festividades patronales de relevancia canceladas en la región de Tula a causa de la pandemia de SARS-CoV-2, con sus respectivas cuantiosas pérdidas económicas, aun no cuantificadas.

El comité de feria de la comunidad Conejos, uno de los poblados más grandes de Atotonilco de Tula, y cuya feria se realiza el 12 de octubre, ya canceló los festejos patronales, por lo que será hasta octubre de 2021, si las condiciones lo permiten, cuando se celebre nuevamente a la Virgen de Guadalupe en esa comunidad.

También Atotonilco cuenta con otra festividad relevante: El festival del Pulque, en la localidad Ocampo, en el mes de noviembre; sobre este festival, uno de sus organizadores consultados, indicó que aunque no hay una decisión final en torno a su realización, es casi un hecho que se cancelará.

“Todavía no hay una decisión formal del comité, pero viendo la tendencia de la pandemia, que sigue y sigue, y aunque disminuya y pasemos a semáforo naranja o amarillo, quizá verde, vemos difícil que se permita una aglomeración masiva”, dijo.

Y agregó: “tenemos entendido que el comité de feria patronal de Ocampo, con quienes nos coordinamos para la realización del Festival, ya recibieron un oficio de presidencia (municipal) en donde les indican que quedan suspendidas las festividades religiosas”.

Insistió el organizador consultado que “en el comité del festival del pulque estamos esperando cómo se desarrolla la pandemia para mediados de octubre, pues es la fecha límite para definir, pero cada vez vemos menos probable que se realice”.


Ferieros, los más afectados

La cancelación de ferias patronales ha causado un impacto económico negativo en toda la zona; ferieros que laboran en festividades de la región de Tula han referido que la prohibición para la instalación de ferias a causa de la pandemia es una afectación directa a su economía.

Razón por la que han recurrido a distintos oficios, y en el extremo a botear, como lo hicieron el martes 4 de agosto, en la caseta Atitalaquia, de la autopista Arco Norte, ante la falta de apoyo gubernamental para sortear la prohibición de operar durante la pandemia.

Rafael García Sosa, El Buki, un feriero originario de Tulancingo, pero que labora en las ferias patronales de la región de Tula, ha buscado por su parte la manera de intercambiar sus alcancías de yeso por despensa, para llevar alimento a su familia en esta época en la que les está impedido, por causas de fuerza mayor, desarrollar su actividad.

Así ha sobrellevado la pandemia, de pueblo en pueblo, intercambiando sus alcancías de yeso por productos de despensa; en días le va bien, otros no, e incluso ya le robaron en Atotonilco de Tula su vehículo cargado de alcancías cuando se disponía a intercambiarlas por despensa, pero al siguiente día lo hallaron en Tetepango.

El coronavirus está causando estragos entre la población, en su economía, y en sus celebraciones más preciadas y esperadas cada año; ha devastado silenciosamente al mundo y arrasado con sus celebraciones, pero sobre todo con el ánimo de llevarlas a cabo.

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