La tecnología es una aliada de la mujer contra la brecha de género

“Que ellas sean sobresalientes en estas áreas debería ser visto como una situación normal”, asegura la coordinadora de comunicación y mercadotecnia de la firma AEXA.

Carlos Domínguez
Ciudad de México /

Existe la creencia de que áreas de trabajo como la tecnología, ingeniería e investigación son para hombres. Cuando implican un esfuerzo mental no siempre se comprende que tanto mujer como hombre tienen la capacidad para dar resultados óptimos. Un ejemplo es Mitzy Cruz, estudiante de Geología Ambiental de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Tras redactar un ensayo para participar en un concurso, ganó una beca para asistir al programa IASP, International Air and Space Program, teniendo una participación sobresaliente: quedó en uno de los primeros lugares pues ese programa se desarrolla como una competencia. Actualmente, hace prácticas profesionales en el Instituto Lunar Planetario en Houston.

“Recuerdo que al principio era un poco retraída. Al paso del tiempo fue mejorando. Su evolución fue radical. Estar en la NASA, tener contacto con gente latina la motivó para alcanzar la oportunidad que ahora tiene”, comentó en entrevista Alejandra Rocha Pompa, coordinadora de comunicación y mercadotecnia de Aplicaciones Extraordinarias Aeroespaciales (AEXA). “Me gustaría que en 2018 la noticia fueran los descubrimientos y los logros. El hecho de que sea una mujer sobresaliente en estas áreas debería ser visto como una situación normal”, agregó Rocha.

La coordinadora platicó sobre los logros obtenidos y los programas de estudio que imparten: “En AEXA ofrecemos un servicio de programas educativos donde se busca llevar a estudiantes de todo el mundo a que desarrollen capacidades en los ámbitos médico y aeroespacial. Dentro de esos programas hemos logrado una participación igualitaria entre hombres y mujeres en los centros de investigación. Tenemos un porcentaje de 60% de hombres y 40% de mujeres en el caso del International Air and Space Program (IASP), y 60% de mujeres y 40% de hombres en el International Medical Innovation and Research Program (IMIRP)”.

Al final, Rocha Pompa habló de su experiencia: “En un principio quise estudiar una ingeniería. Al pensar que era una carrera para hombres decidí estudiar Ciencias de la Comunicación pero me di cuenta que también podía formar parte de este mundo y he puesto mi granito de arena para hacer que más mujeres se interesen en la ciencia. Buscamos tener las mismas oportunidades en la industria y una igualdad de participación en áreas de la tecnología”.

Otra organización que también lucha por la inclusión de las mujeres en la tecnología es el Centro Cultural Digital (CCD). Grace Quintanilla, directora del centro, comentó al respecto: “Aunque la tecnología es rápida y deja la sensación de inmediatez, no significa que la inclusión deje de ser a largo plazo. Un caso visible es la rapidez con la que se replicó en redes sociales la idea de una huelga feminista o el #MeToo, que dio voz a una historia compartida por millones de mujeres que han sido víctimas de acoso sexual. Antes de internet hubiera ocurrido en menor escala”.

Quintanilla agregó que la tecnología digital es una herramienta útil para la mujer porque le permite realizar actividades de manera simultánea: “Es un campo muy noble para ellas, les permite trabajar a distancia. Muchas compañías ya no exigen que estén todo el tiempo en la oficina y pueden hacer home office. Esto es útil en la etapa de la maternidad pues no descuidan a los hijos y pueden seguir creciendo profesionalmente. Esto se tiene que dar igual para los hombres; si no, le dejaríamos a la mujer la responsabilidad familiar sin entender que esta responsabilidad es compartida con la pareja”.

La directora del CCD habló sobre los retos para que se incluya a la mujer en el mundo de la tecnología, ingenierías y ciencia: “El principal reto es la continuidad, un cambio en la cultura. No solo cambiar un logo, poner una mujer o ponerse el color violeta. Eso es un cambio en mercadotecnia y no es real, pues hay empresas que dicen luchar por la igualdad de género pero tienen disparidad salarial, permiten el acoso, sin brindar las mismas oportunidades de desarrollo. Actitudes como la del presidente de España quien, aludiendo a la huelga feminista del 8 de marzo, dijo ‘Ya se les pasará’, son el principal reto a combatir. Además de hacer a un lado los prejuicios, hay que transmitir ejemplos a las niñas de mujeres que han tenido logros en la ciencia y la tecnología, inculcar en niños y jóvenes mayor respeto hacia las niñas y eliminar el estereotipo de que las mujeres no somos buenas en estas áreas”.

Quintanilla agregó que en el CCD hay programas de inclusión: “El primero es un taller de apropiación de herramientas digitales, dirigido a personas de todas las edades. Asisten más mujeres que hombres y son mujeres mayores. Se les enseña a usar la tecnología digital, teléfono celular, tableta, abrir una cuenta de correo, uso de redes sociales, búsqueda de empleo. El día de la mujer hicimos el Mega Editatón para incluir a mujeres en Wikipedia pues en su página en español solo 16% de las biografías es de mujeres, y por cada 10 colaboradores de la plataforma a escala mundial hay una mujer. Queremos acortar esa brecha. De 2015 a la fecha solo ha subido la participación de la mujer un 3%. Participamos en la iniciativa Código X, que apoya esfuerzos a nivel nacional e internacional de la industria, sociedad civil, academia y gobierno para promover la inclusión de niñas y mujeres en las tecnologías de la información y la comunicación. Estamos en otro programa de la SEP, en que el soy tutora en línea de niñas de primero de secundaria a quienes se les inculca la idea de ser ingenieras y programadoras. Tenemos talleres de electrónica y programación exclusivamente para niñas. Tenemos un programa de ciber seguridad para niñas y mujeres en el que enseñamos cómo navegar de forma segura en la red.

La directiva finalizó diciendo que “A pesar de que la tecnología da la oportunidad de tener igualdad de oportunidades, sigue vigente el pensamiento machista, racista, misógino, y aun se transmite la idea de que no se puede avanzar si no se tiene a quien pisar. Las tecnologías no son neutrales: los algoritmos reflejan los prejuicios que tenemos como seres humanos. Hace años, en las búsquedas de personas de color en el algoritmo de Google aparecían orangutanes”.



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