Lanchas, las mejores aliadas del sector agrícola en Altamira

La cosecha de calabaza, chile, cebolla, tomate, así como otras frutas y verduras son transportadas a un pequeño embarcadero de la laguna de Champayan.

Las aguas del Tamesí y El Champayán son los únicos caminos que tienen para su comercialización. / Antonio Campos
Antonio Campos
Tampico /

Campesinos de los diversos ejidos de la urbe industrial luchan por salir adelante con el acomodo y traslado de sus productos ya que las aguas del Tamesí y El Champayán son los únicos caminos que tienen para su comercialización.

Las embarcaciones menores ubicadas a un costado de la laguna de Champayán, se han convertido por décadas en el mejor aliado del sector agrícola de Altamira.

Después de enfrentar grandes retos por la pandemia de covid-19 y la salinización del agua que complicó el acomodar sus productos en el mercado, aunado al nulo apoyo oficial, luchan por recuperarse de estos estragos, implementando nuevas estrategias de venta.

Estas lanchas que normalmente son tripuladas por una persona, se trasladan a los ejidos Martín A. Martínez, Mayorazgo, Cués de Palmas, Altas Cruz Grande, Camalote, La Quinta y Salsipuedes ubicados a un costado del río Tamesí.

En donde recogen la cosecha de calabaza, chile, cebolla, tomate, así como otras frutas y verduras para ser transportadas a un pequeño embarcadero de la laguna de Champayán frente a la zona comercial de “La Puntillita”, en donde es esperada por los distribuidores.

Posteriormente son transportadas por tierra en camiones a las centrales de abasto en el municipio de Altamira o parte de esta producción es enviada a otras entidades del país, en donde se comercializará al doble o hasta el triple del precio original del que fue adquirido a los campesinos.

Oferta y la demanda

El productor Carlos Quintanilla Carrizales del ejido Mayorazgo, platica que como todos los años tuvieron una muy buena cosecha de tomate; normalmente cada hectárea de parcela sembrada, produce un promedio de 3 mil rejas y cada una de estas tiene 20 kilogramos de este producto de la canasta básica que es muy solicitado por las familias.

Sin embargo, debido a la oferta y la demanda, los precios se encuentran muy bajos y rondan actualmente desde los 5 pesos por kilo en algunas centrales de abasto, impidiendo obtener las ganancias deseadas.

El precio de los fertilizantes se ha disparado en los últimos meses, encareciendo cada vez más la producción por la inversión requerida ante un nulo apoyo de las instancias gubernamentales, esto adicional a que sus parcelas están a un costado del río Tamesí y la única forma de sacar las cosechas es surcando este caudal.

Reconoce que un campesino tiene que aceptar el precio previamente pactado con los distribuidores ya que si no lo hicieran tendrían la necesidad de ofertar sus productos en arterias principales o en colonias, corriendo el riesgo de no ser adquiridos antes de que se descompongan y pierdan por completo todo lo invertido.

Falta transporte terrestre

El productor agrícola de Altamira, Nicolás Mejía Castillo, menciona que en esa zona del río Tamesí, los campesinos siempre enfrentan altos costos de producción, principalmente porque carecen de la mecanización y el uso de lanchas para poder llevar la cosecha a los muelles en donde se va a comercializar.

Enfrentan esa desventaja en comparación con quienes tienen sus parcelas en comunidades que cuentan con el servicio de transportación terrestre así como los supermercados o locales en las centrales de abasto de la zona conurbada.

“En las grandes superficies para la producción de granos se logran grandes cosechas, que alcanzan las 20 toneladas, mientras que en los pequeños predios a un costado del río Tamesí, los campesinos solo llegan a soñar con obtener 2 toneladas, a causa de la falta de mecanización y trilladoras que difícilmente llegan a bordo de una embarcación”.


Reconoció que en los últimos años se han tenido problemas con el precio de las frutas y verduras, ya que todo se mueve a través de la oferta y la demanda, por lo que al existir una buena producción, el valor termina desplomándose al saturarse los mercados.

Situación que de acuerdo a lo planteado por Mejía Castillo, se ha presentado por tres años consecutivos para los productores de hortalizas de la zona de Altamira, quienes han logrado sobrevivir al panorama desalentador derivado al covid-19.

Esto adicional a los problemas de navegación derivado de la poca presencia de las lluvias, impidiendo que se logre una recuperación del sistema lagunario.

Y es que al haber un bajo nivel se complica el surcar el cuerpo de agua con las lanchas cargadas , pues suelen presentarse averías en sus motores por pasar sobre bancos de fango y en casos extremos terminan por volcarse.

​VLSS

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