Es viernes por la noche y, contra todo pronóstico, estoy en el gimnasio. Solamente yo, unos sacos de boxeo y Sylvester Stallone. Me hace señas para que me acerque. Estoy fuera de mi elemento.
Miro hacia abajo. Estoy todo marcado. Un buen espécimen, en camino a convertirme en un campeón. En este mundo de realidad virtual, Sylvester Stallone está ahí para mantenerme en el camino correcto.
En mi vida real, hay problemas. Un golpe en la puerta significa que mi curry está aquí. Cuando me quito el casco, me alejo de mi mentor y cuando veo hacia abajo, el físico que poseo es bastante diferente.
Los expertos dicen que ponerse en forma consiste en crear mejores hábitos. Pero también se trata de luchar contra el aburrimiento. Desde el momento en que me subo a la caminadora solo pienso en el tiempo que falta para que termine. Gran parte del éxito de Peloton fue su capacidad para llevar las clases en vivo a casa. ¿La realidad virtual puede llevar eso al siguiente nivel?
El juego al que estoy jugando se basa en la franquicia de Rocky y es apasionante. Con excepción de unos cuantos comandos de botón, no hay que aprender más controles fuera de mover el cuerpo y las manos, y golpear a los oponentes. Después de unas semanas de entrenamiento, puedo notar la diferencia en mis brazos, hombros y abdomen.
El departamento de kinesiología de la Universidad Estatal de San Francisco comparó media hora de boxeo con 30 minutos de tenis individual. Su investigación sugirió que otro título de boxeo, proporciona un entrenamiento tan bueno que es como estar en una máquina de remo durante ese tiempo.
La Universidad Estatal de San Francisco coloca a los jugadores en un laboratorio para medir la eficacia de los juegos de realidad virtual como herramienta de acondicionamiento físico mediante el registro del consumo de oxígeno y la frecuencia cardíaca. La gente no sentía que estuviera haciendo un ejercicio muy duro, dice Marialice Kern, presidenta del departamento y parte del Instituto de Salud y Ejercicio de Realidad Virtual.
Kern reconoce que las comparaciones con el ejercicio “real” son imprecisas. Hay muchas diferencias entre el ejercicio en el mundo real y el de la realidad virtual, la más evidente es la resistencia, lo que hace que sea un método menos eficaz de entrenamiento de fuerza. En mi juego no hay retroalimentación. También hay restricciones de movimientos dependiendo de tu espacio físico.
El equipo del instituto también hace una prueba piloto de su propio juego para adaptarlo a la capacidad física como si fuera un entrenador personal. Sin embargo, la creación de buenas experiencias de acondicionamiento físico tendrá que ir de la mano de los avances en el hardware. El casco Oculus Quest, producido por Meta, constituye la piedra angular de la estrategia de Mark Zuckerberg para crear un “metaverso” en el que millones de personas puedan existir y colaborar digitalmente. Pero unos cuantos asaltos de boxeo lo dejan empapado de sudor, con vapor que sube como si usaras lentes de sol sobre una mascarilla para el covid-19.
Los que quieren que el metaverso sea un éxito harían bien en centrarse no en los beneficios del mundo virtual, sino en cómo puede hacernos sentir mejor en el mundo real.
srgs