En América Latina, el ecosistema de financieras tecnológicas registró un crecimiento de más del 340 por ciento en la cantidad de emprendimientos fintech creados en los últimos seis años, totalizando 3.069 en 26 países el año pasado, de los cuales México representa el 20 por ciento.
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De acuerdo con el cuarto informe de la serie Fintech en América Latina y el Caribe, realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y Finnovista, México es el principal mercado fintech con un crecimiento significativo, al pasar de 180 emprendimientos en 2017 a 618 el año pasado, lo que supone un incremento del 243 por ciento.
El informe muestra que con un crecimiento anual promedio del 23 por ciento, el ecosistema de financieras tecnológicas en México parece estar siguiendo un camino de maduración similar al brasileño.
“Si bien existen desafíos estructurales, como la baja tasa de bancarización y un marco regulatorio en desarrollo, hay condiciones favorables para el desarrollo del sector. Resulta imperativo emitir la regulación secundaria necesaria que permita al sector desarrollar su potencial e incrementar la inclusión financiera”, exponen BID y Finnovista.
Además, al comparar a México con el resto de los países del estudio, se observa que la distribución de sus segmentos fintech coincide prácticamente con el total de América Latina.
Sin embargo, trasciende una excepción notable: las firmas dedicadas a Tecnología para Instituciones Financieras/Fintech as a service representan el 15 por ciento del ecosistema mexicano, en contraste con el 12 por ciento del total identificado en todos los países de la muestra.
“Esta diferencia se explica por el hecho de que grandes actores de la industria bancaria y aseguradora que radican en el país han puesto un énfasis especial en la innovación y la colaboración, propiciando un caldo de cultivo particularmente atractivo para las fintech que proveen soluciones y nueva tecnología a las empresas”, se lee en el informe.
El crecimiento actual del ecosistema de este sector en la región se debe a la alta demanda de los consumidores financieros, al estado de la infraestructura digital financiera y a la disponibilidad de una fuerza laboral especializada.
La consolidación y estabilidad del ecosistema no solo se reflejan en el aumento en la cantidad de empresas emergentes, especialmente en países donde el sector era incipiente, sino también en la diversificación y distribución en términos de segmentos, modelos de negocio, capitalización y tecnologías habilitantes.
VHIT