Álvaro Núñez fundador de la empresa Recicla Electrónicos México (Remsa) afirmó que ante los obstáculos que deben enfrentar las empresas de reciclaje en México, es necesario que se implemente la nueva Ley General de Economía Circular, aun cuando el costo recaiga en los consumidores.
En entrevista con MILENIO, Núñez destacó que para que un producto se recicle, el costo de la recuperación de materiales y componentes debe contemplarse desde la fabricación.
“Ahora con esta Ley General de Economía Circular que se está cocinando en el Congreso le darán oportunidad a las marcas para irse alineando e integrarlo en unos años como costo; nos lo van a cargar a los consumidores, pero de algún lado debe salir, porque es insostenible que esto se siga yendo a tiraderos clandestinos o se exporte de manera ilegal”, sostuvo el director de Remsa, que mantiene un acuerdo con Telefónica para recuperar componentes de celulares.
En el caso de la basura electrónica, destacó que a pesar de que en México se producen cerca de 1.3 millones de toneladas al año, no todas las empresas optan por hacer cambios en su modelo de producción.
Las recicladoras tienen que obtener sus propios recursos para seguir laborando, pues no cuentan con ayuda del Estado como sucede en otros países, lo que impide que este tipo de iniciativas crezcan.
Núñez destacó que en México es complicado: “No hay fideicomisos ni pagos. Mes a mes tenemos que hacer que esto genere siendo muy creativos. En otros países cuando alguien compra un electrónico ya está pagando un impuesto con el que se resguarda ese fideicomiso”.
Pese a estas limitaciones, Remsa tiene varios proyectos para impulsar el reciclaje y economías circulares en el país.
En febrero de 2023 buscarán llevar a las empresas e incluso a las casas, energía de paneles solares cuyo almacenamiento o banco de energía se obtiene con baterías automotrices de reusó, de hecho el modelo ya está probado en su planta de reciclaje en Querétaro que opera el 100 por ciento con éxito.
“Estamos en ese proceso, lo que hicimos ahorita es validar primero prototipos, primero uno móvil, después una casa y ahora una planta y ahora sí en 2023 es presentar nuestros primeros bancos de energía (…) es una división de REMSA de energía, depende del consumo que tenga una casa u oficina o donde lo quieras instalar, de ahí va a depender la cantidad de baterías (…) serán equipos que tú puedas hacer para tú autoconsumo, de acuerdo a la ley mexicana será para que cada casa o empresa haga su proyecto”, resaltó Núñez.
Respecto a su alianza con Telefónica Movistar destacó en el reciclaje de equipos electrónicos en México, tienen como objetivo reciclar más de tres toneladas de estos productos para 2024, esto a través de su tienda online “Ecomarker Store”, en donde justamente utilizan una economía circular, ya que la población o las empresas pueden armar paquetes con los aparatos electrónicos que no utilizan, los cuales son recogidos desde la puerta de sus hogares y trasladados a la planta de reciclaje en donde se desarman y recuperan la mayor de las piezas para venderlas en línea.
Modelo que surgió durante la pandemia, pero sigue con apogeo, pues estiman recibir en promedio al mes dos mil cajas de hogares mexicanos de los 32 estados de la República, que representan al menos 20 por ciento de los e waste que reciben y en su tienda en línea ya han distribuido materiales en cinco de los seis continentes que tienen hasta un 80 por ciento de su vida productiva, a un costo 20 o 30 por ciento menor a su valor en el mercado.
“Aprovechando la pandemia y el confinamiento que se vivió, el relanzamiento de este programa de reciclaje decidimos buscar esta alianza (…) sin duda un cambio importante que hicimos en el programa fue que tuviera esta logística de recopilación en los domicilios”, destacó Ana Saracho, directora de asuntos públicos, regulación y negocio mayorista de Telefónica Movistar México.
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Greenwashing otro impedimento
Para el fundador de REMSA, otro de los factores que más complica el desarrollo de iniciativas verdaderamente ecológicas y de reciclaje, es el llamado “Greenwashing”, una tendencia que se ha popularizado en donde grandes empresas pintan sus logos de verde y venden una imagen de ser amigables con el medio ambiente, aunque no lo sean.
Una práctica que incluso la Organización de las Naciones Unidas llamó a desaparecer, durante la COP27, ya que es un impedimento para la meta de cero emisiones de carbono.
“De repente salen estas iniciativas que están ‘basadas en hilitos’, te das cuenta de que no están haciendo lo que decían de forma original, pero la gente generaliza y piensa que todas las campañas son iguales”, condenó Álvaro Núñez.
Pero afirma que los consumidores se hacen cada vez más conscientes de la existencia de este tipo de prácticas, por lo que llama a pedir información y transparencia, antes de dejar sus productos de electrónica que ya no tienen un uso.
"Hay empresas que no te saben decir el destino de todos los aparatos electrónicos, no te dan información y ahí el ciudadano sabe que algo está mal (...) lo que queremos es que, a través de información, transparencia, vivencias, la gente pueda decir 'oye tienes los permisos, etc', para poder hacer todo esto se necesita cierta estructura, licencias de funcionamiento, salarios correctos a los trabajadores, eso es lo que da la formalidad", declaró.