En los días posteriores al anuncio que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre sus planes para revivir a Pemex, los inversionistas entraron en pánico y abandonaron en masa los bonos de la compañía.
Ahora, los inversores empiezan a interesarse de nuevo, aumentando la exposición a pesar de los crecientes pasivos de la compañía y la escasa producción de petróleo.
Desde mediados de julio, los rendimientos de la deuda de Pemex con vencimiento en 2027 registran una caída de casi 50 puntos base para llegar a 6.44%, lo que indica un aumento en el precio. El costo de asegurarse contra el incumplimiento de pagos de la compañía también se estabilizó, aunque todavía se mantiene cerca de un máximo de tres años.
Si bien el rendimiento relativamente alto destaca lo cautelosos que se muestran los inversionistas con respecto al futuro de Pemex, los compradores extranjeros están cada vez más tentados por los precios atractivos. “Tenemos una ventana de estabilidad en Pemex y eso hace que sea atractivo, dadas las valoraciones”, dice un inversor que comenzó a tomar esa deuda.
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Hace unas semanas, los activos mexicanos dieron un giro violento después de que López Obrador decepcionó con su plan para rescatar a Pemex, esto a pesar de ofrecer miles de millones de dólares en reducción fiscal e inyecciones directas de efectivo. Pocos inversores creen que el plan tenga el alcance suficiente para resolver los problemas más graves de Pemex. Una de las grandes preocupaciones es el compromiso inquebrantable del gobierno con el proyecto de la refinería de 8,000 millones de dólares (mdd) en Tabasco.
El Dato.106,000 mdd
es la deuda de Pemex
La aversión de López Obrador a la participación de la IP también preocupa a los inversionistas. Pemex descartó la exploración en aguas profundas, el fracking y las empresas conjuntas con el sector privado, a favor del desarrollo acelerado de 20 campos en aguas someras. Pero la Comisión Nacional de Hidrocarburos ya advirtió que esos campos alcanzarán su producción máxima en 2021.
Sin embargo, algunos inversionistas dicen que hay dinero para ganar en caso de una degradación. “Si degradan a Pemex, existe la posibilidad de una importante cantidad de ventas forzadas”, dice Penny Fole, codirectora de mercados emergentes de TCW.
Gorky Urquieta, codirector de Neuberger Berman, dice que habrá una apertura creada por los inversionistas que solo pueden tener bonos de calidad de grado de inversión. “Cuando llegue la degradación, y si el mercado reacciona a la venta forzada, puede haber una oportunidad para aumentar nuestra exposición”, explica.
Por su parte, Edward Al-Hussainy, analista senior de Columbia Threadneedle Investments, dice que no le preocupa una posible degradación de las calificaciones para Pemex, porque la compañía petrolera es una parte integral del estado.
López Obrador convirtió en asunto de seguridad nacional el rescate de la compañía, que tiene una deuda de 106,000 mdd. Sin embargo, rescatar a Pemex tiene un costo, ya que los inversores advierten que cualquier intento de reforzarla afectará la salud fiscal del Estado, cuando la economía está al borde de una recesión.