El país está en un periodo trascendental, tenemos talento y gente creativa, dijo Silvina Moschini, fundadora y CEO de She Works y productora Ejecutiva de Unicorn Hunters, durante su participación en la Cumbre de Emprendedores 2021.
“Estamos viviendo un momento en el mundo en que solo en el último año se han sumado 290 unicornios, con lo que se cuenta con 900 a nivel global y que tienen un valor combinado de más de 3 billones de dólares”, dijo Moschini.
La transformación digital ha permitido la creación de compañías con más impacto y con una visión más global, no es coincidencia que teniendo a la tecnología como eje rector, cada vez haya más unicornios en América Latina, una región que por mucho tiempo se quedó fuera de esta ola innovadora.
Los unicornios son reales y en América Latina hay pruebas de su existencia. Los fundadores de Clip, Kavak, Cornershop, Bitso y She Works se reunieron para platicar sobre los factores que transformaron sus ideas en las startups más importantes de la región.
El panel “Unicornios” fue moderado por Silvina Moschini, CEO de She Works, una plataforma que, a través de la tecnología, conecta a mujeres profesionistas con los puestos de trabajo que más se adaptan a sus vidas; y la acompañaron Loreanne García, cofundadora y chief people officer de Kavak; Daniel Undurraga, cofundador y CEO de Cornershop; Adolfo Babatz, cofundador y CEO de Clip y Pablo González, cofundador y CDO de Bitso. Todos ellos hablaron acerca de los obstáculos, retos financieros y regulatorios, pero también de los propósitos y factores que llevaron a sus empresas a convertirse en lo que son hoy en día.
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Los participantes coincidieron en que para convertirse en unicornio (empresa valuada en más de 1,000 millones de dólares), más allá del financiamiento, lo importante es rodearse de un equipo que tenga el mismo sueño.
Aunque los panelistas señalaron que no hay una receta única para ser un unicornio, y tampoco es un camino sencillo, las condiciones en la región hacen cada vez más sencillo que las empresas tengan el apoyo para lograr un crecimiento exponencial.
“Todas las empresas son distintas, no hay un camino. A nosotros nos funcionó ser tercos en lo que hacíamos, combinado con un poco de suerte”, dijo Pablo González, cofundador y chief design officer de Bitso, quien agregó que los unicornios se crean por la gente, por las personas por las se rodean los emprendedores, que se unen a su visión y los ayudan a llegar a sus objetivos. Y es que al final, “el fundador representa a la empresa, pero el equipo es fundamental”.
Loreanne García, cofundadora de Kavak, el primer unicornio mexicano, destacó que para la compañía el propósito de la empresa y pensar en grande fue lo que los llevó a convertirse en una de las startups más importantes del país y de América Latina y resaltó la importancia que tienen empresas, como la suya, para transformar el ecosistema del emprendimiento en México y lograr que cada vez más visionarios cumplan la meta de consolidar sus empresas.
Aún así, una empresa puede tener todos estos ingredientes y no lograr ser un unicornio, y es que el financiamiento es fundamental, aunque en la región es un obstáculo cada vez más fácil de sortear. “Hoy han llegado fondos que vienen con miles de millones de dólares solo para América Latina. Conseguir capital se ha vuelto más fácil, los fondos ahora son más grandes, y eso hace que te permitan escalar y ver lo que está pasando: rondas cada vez más grandes”, mencionó Daniel Undurraga, cofundador y CEO de Cornershop.
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Sin embargo, Undurraga señaló que “el que exista más capital disponible no necesariamente significa que se lo den a todas las empresas, y tampoco es sencillo aún para aquellas compañías que consiguieron una primera ronda de inversión”.
Los emprendedores coincidieron con Moschini, quien aseguró que en las rondas de inversión de en medio es donde más trabajo cuesta convencer a los inversionistas “es ahí donde está el valle de la muerte, donde la mayoría de las compañías se quedan en el camino. Ya después, cuando te va bien, todo mundo se monta al caballito del éxito”.
Con respecto a las limitantes que existen para lograr lo anterior, tanto Pablo Gómez, cofundador del Exchange de criptomonedas Bitso, como Daniel Undurraga, fundador de Cornershop, destacaron el tema regulatorio y la necesidad de que de la ley de competencia económica sea más ágil y camine hacia los estándares europeos, donde un trámite puede durar 12 días, en contraste con los 18 meses que implicó el proceso de evaluación y resolución de la fusión Uber-Cornershop en México. “Los reguladores deben ayudar a que estas compañías existan, persistan y crezcan”, dijo Undurraga.
“La regulación es la excusa en la que se han basado los jugadores financieros tradicionales para justificar la falta de inclusión financiera”, afirmó Adolfo Babatz, quien indicó que el problema no es la regulación, sino su aplicación y la velocidad de la misma.
Parte importante para destrabar este tema es el trabajo de educación hacia los reguladores, que conozcan los modelos de negocio y las innovaciones tecnológicas. “Para nosotros la regulación siempre ha sido una parte estratégica para que esto se desarrolle de una manera buena y para que se vean los beneficios. Pero al mismo tiempo, la regulación es un arma de doble filo, porque también nos ha hecho más lentos para sacar nuevos productos, o para agregar valor al usuario”, puntualizó González de Bitso.
gaf