Alejandro Núñez es Ingeniero en Mecatrónica, pero siempre ha sido aficionado a los videojuegos, esa pasión lo llevó a fundar Pixel Esports Club, una Startup que busca profesionalizar y rentabilizar las competencias de videojuegos en México.
“Hace cinco años, los videojuegos se empezaron a comercializar como un deporte, a la gente le empezó a gustar ver a otras personas jugar videojuegos, y eso me llamó mucho la atención; es una industria que estaba creciendo en China, Europa, Corea y Estados Unidos, pero que en Latinoamérica y en el país no se ha terminado de explotar”, señala el fundador.
Para Alejandro, los gamers podrían ser los nuevos rockstar, sólo que en lugar de tocar instrumentos, juegan videojuegos. En países como Corea, un videojugador puede ganar hasta millón y medio de dólares, pero en México aún se piensa que ser un gamer poco tiene que ver con la fama y el éxito.
“Nosotros queremos consolidar un equipo profesional de videojugadores, que sean unos atletas, que sepan hablar y venderse como una marca. Actualmente tenemos un equipo participando en una liga profesional de League of Legends, el videojuego más popular que existe ahora y que tiene más 100 millones de usuarios al mes”, explica.
Alejandro se encarga de toda la parte operativa de la empresa y de la relación con los jugadores. Su objetivo es armar un equipo competitivo que sobresalga a nivel internacional y crear una Gaming House que sirva como espacio de entrenamiento para los jugadores.
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En los eSports existen tres fuentes de ingresos distintos: los premios que pueden ganar en los distintos torneos, los patrocinios de las marcas y los anuncios publicitarios. Actualmente, están recibiendo un pago mensual sólo por participar en la liga, mientras mejor jueguen, mejores patrocinios y marcas se suman al proyecto.
“A las empresas les interesa mucho este negocio porque representa un mercado muy enfocado a los millennials, y su publicidad no está llegando a este nicho a través de los canales tradicionales. Para las marcas representa una inversión más pequeña y mejor dirigida a sus clientes potenciales”, puntualiza el emprendedor.
La Startup ya bajó su primera ronda de inversión de medio millón de pesos, y actualmente está buscando bajar entre dos y tres millones de pesos, que usarán para mantener y pagar los gastos de los seis chicos que formarán parte del equipo durante un año.
Además de Alejandro, en la empresa colabora un Community Manager, que se encarga de manejar todos los temas digitales, y un programador que lleva la página web. También tienen como inversionista principal a Marc Segura, fundador de la plataforma de Crowdfunding Play Business, donde Pixel Esports Club está buscando más inversionistas.
“Somos los primeros en México en hacer un equipo profesional y reglamentado. Queremos formar un equipo con una marca definida que pueda explotar el crecimiento del mercado en Latinoamérica y a nivel mundial”.
El objetivo de la Startup es convertirse en un punto de comparación para el resto de las organizaciones de eSports de la región. Por ahora, y como sucede en el fútbol, están concentrados en pasar a primera división de la liga y sumar a más patrocinadores al proyecto.
“En un futuro nos gustaría no sólo ser una Gaming House donde entrenen los jugadores, sino un complejo de eSports y de ahí expandirnos, quizá poner un bar para ir a ver los torneos de videojuegos y empezar realmente a generar una cultura para las nuevas audiencias”, finaliza Alejandro.
REPL