Equilibrio, el aprendizaje más duro de la pandemia: Luis Niño de Rivera

El presidente de la Asociación de Bancos de México reflexiona sobre la crisis sanitaria y se muestra optimista para salir adelante en los desafíos que ésta plantea, en la llamada nueva normalidad.

Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México. Foto: Avelina Martínez
Miriam Castro
Ciudad de México /

En un salón con no menos de 150 personas, el presidente de la Asociación de Bancos de México, Luis Niño de Rivera, encabezó hace cuatro meses la 83 de la Convención Bancaria en Acapulco, Guerrero; uno de los últimos eventos masivos de negocios que se hicieron en el país antes de la pandemia del coronavirus.

Era el 12 de marzo, 11 días antes de que iniciara la Jornada Nacional de Sana Distancia para evitar la propagación del virus, cuando el hombre que antes de ser banquero fue torero, jugador de beisbol y cuarto lugar en clavados en las Olimpiadas de México 1968, pronunció un discurso a propósito de la transformación digital en la banca, sin saber que también sería la reflexión que daría entrada a la nueva normalidad.

Luis Niño de Rivera participó en la Olimpiadas de Barcelona de 1960. Foto:Avelina Martínez
“Los dejo con un pensamiento de un señor que no fue banquero, ni siquiera se acercó al mundo financiero; fue escritor, dramaturgo, poeta y periodista, un uruguayo que se llama o se llamó Mario Benedetti, que dijo algo que debemos de tener en la mente todos: ‘Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto cambiaron todas las preguntas’”.

En videoentrevista, el líder de la asociación que agrupa a las 50 instituciones de banca múltiple del país compartió con MILENIO las preguntas, reflexiones y respuestas que ha tenido el sector y él mismo durante la pandemia.

¿Cuáles fueron las nuevas preguntas que se planteó la banca?

La primera para nosotros fue cómo resolvemos esta situación de sanidad, mientras mantenemos el servicio disponible. ¿Cómo protegemos a nuestros empleados y a nuestros clientes, sin dejar de operar?; porque muchas empresas, industriales, comerciales o de servicios cerraron y ahí no había debate, pero aquí no cerramos porque somos esenciales.

“La parte más importante de todo lo que hemos vivido es que tenemos que cuidar primero las vidas humanas”.

La segunda pregunta fue ¿qué temas de seguridad son distintos a lo que teníamos antes?, porque al elevar la transaccionalidad digital obviamente tenemos más riesgo y ahí también hemos dedicado tiempo.

En tercer lugar, todo esto cambió la forma de trabajar. Hacemos trabajo a distancia, lo que nos hace pensar qué tanto espacio de oficinas realmente necesitamos, qué tanto debemos subirnos al automóvil o al avión para ir a tener juntas presenciales, cuando este sistema (de videoconferencia) nos permite un acercamiento extraordinario. Podemos estar reunidos con la misma eficiencia y más facilidad en tiempo y en consumo de infraestructura —un transporte, una oficina, etcétera.

Bancos no se han quedado atrás en la aplicación de medidas de higiene y seguridad contra el coronavirus. Foto:(Especial)

¿Qué sigue?, es la siguiente pregunta. ¿Qué sigue en salud?, ¿qué sigue para reactivar la economía?, ¿qué sigue para apoyar a nuestros clientes y a nuestros colaboradores? Son cambios muy relevantes.

¿Con qué ánimo ve el futuro y las respuestas a todas esas preguntas?

Yo soy optimista desde hace casi 74 años. Creo que vamos a hacer las cosas que hay qué hacer para levantar al país.

En este momento tenemos desarticulada la cadena empleo-producción-distribución-consumo. No está funcionando porque la gente no está afuera, porque muchas tiendas siguen cerradas. En el momento en el que empiece a dar vueltas otra vez ese ciclo productivo se va a empezar a levantar la economía y eso debe suceder en las próximas semanas.

“Los tres motores de la economía son el consumo, las exportaciones y la inversión fija bruta, y es lo que tenemos que echar a andar de inmediato”

Pasará esto, ¡sin lugar a dudas!, pero además de reactivar la cadena empleo-producción-distribución-consumo hay que hacer dos cosas más: tenemos que integrarnos al T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), tenemos que empezar a convertirnos en proveedores activos de la cadena productiva de Norteamérica lo antes posible, porque las exportaciones son una de las tres grandes actividades que mueven la economía.

Los bancos se han mantenido al margen de la "nueva normalidad". Foto: (Especial)

Los tres motores de la economía son el consumo, las exportaciones y la inversión fija bruta —que es la infraestructura de toda índole: carreteras, puertos, aeropuertos, distribución de agua y energía, etcétera—, y es lo que tenemos que echar a andar de inmediato.

¿Cómo echar a andar la inversión fija bruta?

Para eso hay recursos, hay inversionistas que tienen interés, lo que no hay todavía son las reglas claras de parte del gobierno federal sobre dónde puede invertir la iniciativa privada y que esas reglas no cambien de un día para otro, sino que sean permanentes y precisas. Eso es lo que está faltando. Entonces, ¿tenemos cómo cambiar el entorno?, sí y soy optimista en que lo vamos a hacer.

“Yo soy optimista desde hace casi 74 años. Creo que vamos a hacer las cosas que hay qué hacer para levantar al país”

¿Cuáles han sido las lecciones y los logros de la pandemia para la operación bancaria?

Ha sido una enorme oportunidad para poner a prueba toda la infraestructura digital de los bancos, que respondió y hasta ahora ha respondido muy bien.


Muchas personas, en su condición de confinamiento, vieron la gran ventaja de usar las aplicaciones bancarias y poder experimentar que todo lo que sucede en una sucursal se puede llevar a cabo en un teléfono celular, excepto dos cosas: entregar o recibir efectivo; todo lo demás se puede hacer en el teléfono: pagar un servicio, hacer un abono a un crédito, hacer un envío de dinero a otra cuenta, recibir dinero, abrir cuentas.

Hacia adelante viene un mayor número de clientes que usen las aplicaciones digitales de la banca, ese es el primer logro. El segundo logro es acelerar la bancarización, que un mayor número de personas tenga acceso al sistema bancario y eso es una tarea muy intensa que va por dos caminos; uno es la banca electrónica y otra es abrir con mayor presencia puntos de atención y servicio en lugares y comunidades remotas, y eso lo hacemos a través de corresponsales bancarios y vamos avanzando en ese contexto.

Todo eso nos lleva a la ciberseguridad que ha mejorado mucho y que no paramos en estos meses. El confinamiento ha elevado la transaccionalidad digital y por lo tanto el riesgo, y nosotros en el sistema bancario invertimos mucho dinero permanentemente para proteger a nuestros clientes y a nuestras instituciones.


Largas filas se han presentado en lñas sucursales bancarias del país durante la pandemia. Foto: (Especial)

¿Cuáles son las lecciones personales que le deja la pandemia?

La parte más importante de todo lo que hemos vivido es que tenemos que cuidar primero las vidas humanas y el equilibrio de cómo hacerlo es complejo.

El aprendizaje ha sido cuidar la salud y poder mantener el resto de la salud que es el equilibrio emocional también, porque estar confinado es muy difícil.

Luis Niño de Rivera fue presidente de Banco Azteca. Foto: Avelina Martínez

Vamos a necesitar trabajar todo esto que vivimos en un proceso de desenganche o desintegración al confinamiento, de retomar actividades que para muchos ya no existen; porque hay personas que ya perdieron el empleo, personas que ya perdieron el negocio y personas cuya actividad económica no va a revivir pronto. Todo esto es equilibrio, que es el primer aprendizaje y probablemente es más duro que hemos tenido.

Perfil.

Luis Niño de Rivera, presidente de la ABM

Con más de 40 años en el sector bancario, antes de llegar a la presidencia de la ABM fue director Banco Azteca. En su currículum destacan instituciones financieras como Dresdner Bank México, Banca Confía y Citibank en Nueva York, Panamá y México. Integrante del Comité Técnico del Museo Interactivo de Economía (Mide) fue clavadista olímpico, torero, beisbolista y basquetbolista.

lvm

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