El lunes negro es un término que ha ganado popularidad este lunes 5 de agosto. Ante el registro de la caída que sufrieron las acciones japonesas en su historia, a medida que aumentan los temores sobre la desaceleración económica en Estados Unidos enviando ondas de choque a los mercados globales.
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Las Bolsas de Valores de Asia y Europa han presentado caídas significativas, al igual que la Bolsa Mexicana de Valores que se hundió a un porcentaje menor. Este evento ha generado conversación en torno al término lunes negro.
El registro que ha llamado la atención, es principalmente en Japón, donde el índice Nikkei 225 perdió 12.4%, una caída que no se registraba desde octubre de 1987, una fecha recordada como un lunes negro.
¿Qué es el Lunes Negro?
Este término se utiliza para describir eventos financieros negativos en los índices bursátiles experimentan caídas abruptas y masivas, afectando a los inversionistas y el sistema financiero global.
De acuerdo con registros históricos, este tipo de acontecimientos han tenido repercusiones a nivel global, generando daños en la bolsa de inversionistas, al igual que las instituciones financieras y gobiernos.
El Lunes Negro nació en Wall Street
El 19 de octubre de 1987, el mercado de valores de Nueva York se desplomó. El Dow cayó un asombroso 22,6%, la mayor pérdida porcentual diaria de su historia. Este desplome fue mayor que el de bursátil en 1929, justo antes de la Gran Depresión.
Al cierre, el Dow se situaba en 1.738,74 puntos, 508 menos que al arranque. Y el S&P 500 cayó un 20,3%. Los historiadores revelan que no hubo una caída tan grande en términos porcentuales ni en crisis financieras.
A través del pánico y la emoción de apoderarse de las operaciones, estas dejan de ser tranquilas y ordenadas, provocando un lunes negro. Teóricamente es posible que vuelva a repetirse. Sin embargo, la caída del Dow del 22% es menos probable.
Posterior a la histórica caída de la Bolsa de Valores de Nueva York se instaló los disyuntores, diseñados para detener operaciones cuando las acciones caen demasiado rápido.
Es decir, una pausa forzada para dar a los inversores la oportunidad de calmarse e interrumpir el pánico.